Descubro que una de las cosas que a veces parecen complejas es la tarea de ponerle adecuadamente nombre a nuestras competencias profesionales, estructurarlas e incluso explicarlas. En este sentido, me gustaría compartir mi experiencia con un recurso que nos puede orientar e inspirar en este sentido.
Verás, una de las cosas que más he hecho profesionalmente es formar a formadores. Me flipa hacer ese trabajo, me apasiona. Desde el año 2000, según mi registro, llevo impartidas 5.355 horas de formación presencial hasta la fecha solo en materia de formación metodológica, lo que significa haber participado en la formación de algo más de 300 profesionales de todos los sectores a los que he acompañado en su capacitación docente.
Gran parte de este alumnado eran personas en proceso de búsqueda de empleo, así que durante la mayoría de estas formaciones (que duraba una media de 4 meses), no solo trabajábamos el desarrollo de habilidades docentes, sino que paralelamente se llevaba a cabo una toma de conciencia de las competencias propias de cada persona y su puesta en valor. Las herramientas y los contenidos propios de este tipo de cursos facilitaban mucho esta tarea tan transversal como presente, importante y necesaria a lo largo de todo el proceso formativo.
Experiencia a experiencia, nos fuimos dando cuenta (alumnos y docente), que existía una herramienta muy potente, si se sabía manejar, para ponerle nombre a nuestras competencias profesionales, estructurarlas, presentarlas e incluso prepararnos para una entrevista de trabajo entre otras cosas.
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Era en el módulo de Programación…
…donde aprendíamos a diseñar una acción formativa y donde aparecía un recurso que a mí siempre me pareció que no se le sacaba todo el partido que nos brindaba. Me refiero al Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.
El Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales es un instrumento que ordena las ocupaciones profesionales que se entienden más significativas en el sistema productivo español, y que nos vienen organizadas por familias profesionales y niveles.
Allí, encontrábamos la formación que se asociaba a cada ocupación profesional, lo que nos facilitaba el diseño de la acción formativa correspondiente. Pero es que además, cada cualificación profesional se nos presenta desgranada en la serie de competencias profesionales que la conforman… y todas ellas aparecían bien definidas y estructuradas. Es como encontrarse con una radiografía de cada ocupación allí registrada.
En resumen: tenemos un catálogo de ocupaciones, ordenadas por familias, y cada una de ellas estructurada en la serie de competencias que la conformaban. ¿Qué podíamos hacer con todo aquello además de programar cursos?
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Las cualificaciones y las competencias
Una cualificación profesional no viene a ser otra cosa que un grupo de competencias profesionales que articuladas conjuntamente conforman una ocupación. Te voy a poner un ejemplo, algo simplificado, pero que me valdrá para explicarlo:
Imagínate que quieres desempeñar la ocupación de “recepcionista”, pues bien, para desarrollar adecuadamente los requerimientos de este trabajo necesitarás incorporar 6 competencias profesionales a tu repertorio profesional, que activadas en su totalidad harán posible el ejercicio de esta ocupación; estas competencias son: “Manejar aplicaciones ofimáticas de gestión de información y documentación” + “Recepcionar y procesar las comunicaciones internas y externas” + “Realizar las gestiones administrativas del proceso comercial” + “Introducir datos y textos en terminales informáticos en condiciones de seguridad, calidad y eficiencia” + “Comunicarse en una lengua con el cliente” + “Gestionar el archivo en soporte convencional e informático”. O como te expreso en el dibujo:
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Unidad a unidad
Pues bien, al igual que con la ocupación “Recepcionista”, el catálogo incluye 664 cualificaciones distribuidas en 26 familias profesionales. Lo bueno es que cada ocupación profesional viene definida y estructurada por las unidades competencias que la conforman. Esto, si lo utilizas bien y con creatividad, es un chollo, ya verás.
Te vas a encontrar que cada cualificación (y sus ocupaciones asociadas) viene definida por una competencia general, en la que se especifican brevemente los cometidos y funciones esenciales del profesional que desempeña esta ocupación (vamos, la definición contrastada y segura de ese puesto de trabajo, con todos los conocimientos, habilidades y actitudes requeridas).
Por otro lado, esta competencia general se divide en “unidades de competencia”, o dicho en otras palabras, en cada una de las funciones que hay que desempeñar en esa ocupación (te remito otra vez al dibujo, en el que aparecen las 6 unidades de competencia que definen la competencia general de recepcionista).
Y como si de un juego de muñecas rusas se tratase, cada unidad de competencia contiene una relación de realizaciones profesionales que son las que le darán cuerpo al desempeño profesional. Incluso contiene el nivel aceptable de cada uno de los desempeños de cada competencia y los contextos profesionales en los que se articula cada una de ellas. Vamos, que tienes el esquema perfecto de una ocupación profesional.
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¿Cómo puedo usar todo esto?
Pues aquí está el quid de la cuestión… y es que además de servir de base para los Certificados de Profesionalidad (esto es, el sistema de acreditación de competencias profesionales que capacitan para el desarrollo de una actividad laboral específica), a este catálogo, si se usa con creatividad, se le puede sacar mucho partido:
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En primer lugar considero que es una herramienta muy útil para ponerle nombre a los conocimientos, habilidades y actitudes que tienes, todo ello agrupado adecuadamente en competencias profesionales. A veces tendrás que usarlo esquemáticamente (nombrando solo el título de las competencias), y otras tendrás que desarrollarlo más, tú sabrás cuando expresarlo de una forma u otra, según el caso.
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Nos puede servir como herramienta de “autoconomiento técnico”, esto es, indagando en las distintas unidades de competencias que se recogen en el sistema e identificando entre ellas las que tienes, descubrirás en qué contextos profesionales se activan cada una de ellas y en qué trabajos específicos se requieren.
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Me sirve también como instrumento de Orientación Profesional, al estar las ocupaciones estructuradas por familias profesionales, se va configurando un mapa sobre el que puedo preguntarme dónde estoy o dónde quiero estar, y qué itinerario formativo o de experiencia profesional he de seguir para conseguir mis objetivos profesionales.
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Las unidades de competencia también se pueden localizar de manera individual. Invertir tiempo y recursos para elaborarte tu propio catálogo de competencias profesionales personalizado es una idea muy chula que te facilitará conocer ‘casi’ todas las posibilidades profesionales que ya posees, además con una denominación técnica y acertada.
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Otra utilidad, como anteriormente señalé, viene referida al caso en el que tengas que diseñar una acción formativa, allí podrás encontrar todos los contenidos necesarios para formar en cada competencia y su correlato práctico. Aquí tengo que reconocerte que para mí, estos contenidos me servían de referencia, y que siempre los modelaba según el contexto en el que me tocara desarrollarlos y mi propia experiencia profesional
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Podrás usar este catálogo también para formarte. Esto es, saber qué formación se requiere para desempeñar determinadas cualificaciones profesionales, qué es lo que te falta para el desempeño de una determinada ocupación, o qué competencias son las que tendrías que consolidar para redondear tu desempeño profesional.
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Una vez localizadas aquellas competencias profesionales que te definen laboralmente, las ocupaciones a las que se asocian y sus criterios de realización, no dudes que esta información te servirá para enriquecer tu curriculum y profesionalizarlo.
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Un uso que descubrimos, más que útil, era el de instrumento de apoyo para preparar una entrevista de trabajo. Lo vas a entender rápido, imagina que mañana tienes una entrevista de trabajo para el puesto de ‘recepcionista’, bien, pues además de informarte sobre la empresa a la que optas a trabajar, su contexto, las personas que la participan, las posibles conexiones con ellas, etc., descargándote la cualificación profesional correspondiente -> “ACTIVIDADES ADMINISTRATIVAS DE RECEPCIÓN Y RELACIÓN ADMINISTRATIVA CON EL CLIENTE”, descubrirás la guía perfecta para afrontar la parte técnica de la entrevista y responder a las cuestiones propias de la ocupación.
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Una más, descubrir ocupaciones que no conocías o sobre las que no habías caído en la cuenta, y que usan las competencias que tú ya tienes adquiridas, ampliando así tu repertorio de oportunidades.
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…y todas las utilidades más que se te puedan ocurrir.
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Como muchas bases de datos que ordenan y cruzan mucha información, en un principio, y si no estás familiarizado con ella, te puede resultar una herramienta compleja. No obstante, yo te animo a que no te dejes amilanar en este sentido. Te animo a que la investigues y entres en el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, a que te metas en tu familia profesional, que indagues en las cualificaciones que vayas encontrando en ellas, en las competencias que la conforman, en los contextos profesionales en los que se activan… te animo porque merecerá la pena… y al poco, te darás cuenta como se facilitará la manera de expresar y posicionar lo que sabes, lo que sabes hacer y las actitudes que te definen profesionalmente.
…en fin, solo espero que puedas sacar de todo ello alguna idea que te inspire o te movilice positivamente en tu proceso de generación de oportunidades profesionales.
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Recurso para ponerle nombre a tus competencias profesionales (e incluso preparar una entrevista de trabajo)
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Imagen de Josch13 vía pixabay
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Hola David, que tal?
Quiero darte la enhorabuena por este ejemplo práctico y creativo de como se puede hacer orientación laboral útil utilizando algo tan complejo como el catálogo de cualificaciones profesionales.
Soy director de una oficina de empleo y maňana mismo voy a compartir este post con mis compañeros.
Un saludo y muchas gracias.
Muchas gracias Pedro, como siempre,
…y como siempre te digo, no me cansaré de agradecerte que te pases por aquí y que me des tu fedback. Me alegro enormemente que el artículo te haya resulado útil y que consideres que le puede resultar de utilidad a tus compañeros,
Un abrazo,
David
David, me ha gustado mucho el artículo.
El Catálogo de cualificaciones también es muy útil para definir las competencias de los candidatos por parte de las empresas, (muchas pymes) organismos de intermediación (no tienen acceso al análisis de puesto) puede ser un sustituto más o menos fiable del análisis de puesto (todos sabemos que muchas veces no se realiza con precisión.
Es como un gran diccionario para saber todos de lo que hablamos, luego cada puesto tendrá sus peculiaridades.
Compartiendo, buen fin de semana.
Hola Pedro!!
Efectivamente, puede ser un sustituto, o al menos una herramienta a considerar a la hora de echar mano de un análisis del puesto de trabajo. Y sí, coincido contigo de que es un gran diccionario, bueno, más que diccionario ‘enciclopedia’.
Un abrazo y feliz finde!
David
Realmente útil e interesantísima esta “herramienta” que nos presenta David, para usar con o sin “orientador”, pero es claro que con la ayuda de un profesional mejor rendimiento se puede obtener, especialmente si tu formación es mediana, y esto es como todo, si tengo un duda jurídica, deberé ir a un abogado, de manera que, si se trata de orientación laboral, será preciso un “orientador” para optimizar tu tiempo y garantizar los resultados, solo que los abogados llevan más tiempo ofreciendo servicios y se les conoce más, pero todo es empezar y coger confianza.
Gracias por el enfoque dado en este post, David.
El Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales es complejo, pero también una gran herramienta a aprovechar desde el ámbito de la Orientación Profesional.
Como siempre, muchas gracias por tus acertados post.
Interesante artículo porque es una excelente ayuda para el auto conocimiento y porque como bien dices, muchas veces se nos escapa cosas que y cuestiones son obvias pero omitimos. Ahora bien, yo me planteo, en un proceso de selección ¿hay que recordarle al seleccionador/a las competencias? ¿acaso no sabe lo que buscan? ¿es preciso recordarles que la labor de un/a recepcionista es atender a los clientes?….si es así, entiendo que la empresa en cuestión debería plantearse la posibilidad de buscar a un seleccionador/a que sepa las necesidades del perfil a cubrir.
Repito, como herramienta propuesta me parece fantástica, lo que me parece increible es que profesionales de RR.HH o del propio SAE la desconozcan.