Cuando he tenido la oportunidad de trabajar “Inteligencia Emocional” con algunos grupos y personas en estos últimos años, he podido encontrar algunos mitos que le hacen un flaco favor a este concepto. Uno de ellos es que “ser emocionalmente inteligente” es “estar siempre chachi, estar siempre guay“… no sé, tengo la sensación de que este enfoque se aproxima más al de “ingenuidad emocional” que a otra cosa.
Para mi, la inteligencia emocional es vivir todas las emociones de una manera sana. Todas. Esto es más asequible cuando hablamos del amor, la alegría, la felicidad… hasta aquí bien. El problema aparece cuando llegan otras emociones como la tristeza, la ira, el asco… parece que el concepto “saludable” no casa con estas emociones, ¿verdad?
El hecho de que no sea fácil, no quiere decir que sea imposible. Y el hecho de que lo hayas conseguido alguna vez, no significa que tengas todas las garantías para volver a conseguirlo de nuevo si no inviertes los esfuerzos oportunos, bien sabes que el beneficio que obtengas merecerá la pena.
¿Cómo te sientes?, si eres valiente puedes contestarte con franqueza a esta pregunta, ¿qué nombre le pondrías a lo que estás sintiendo?, ¿qué mensaje te está lanzando esa emoción, sea cual sea?… ¿Qué necesitas?, ¿cuál es la mejor conducta que tienes a tu disposición?… de verdad, no es fácil, pero es apasionante (y liberador). De ti depende que busques el mejor contexto para abordar estas preguntas.
Vivir la tristeza sin engancharte en la depresión, vivir la felicidad sin enredarte en la euforia sin sentido, vivir el enfado sin dejarse atrapar por la violencia, vivir el miedo sin caer en el pánico,… eligiendo el comportamiento más efectivo para ti y para tu entorno..
Merece la pena….
PD.- …mola la protagonista del vídeo, ¿verdad?… ¿qué eligió ella?
…y de ti, ¿qué te gustaría que recordasen?… ¿lo estás haciendo ya?
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