No te sientas orgulloso de mí. No te sientas orgullosa de mí. Porque cuando haces eso me matas. Me alejas de mí y de ti, me separas, me arrastras hacia un lugar en el que no quiero estar y hacia el que tú me llevas sin pedirme permiso. Me cuelgas una medalla que no he pedido y que me pesa demasiado.
¿Dónde pones el valor de mis esfuerzos…? ¿Dónde pones el resultado de mis procesos…? ¿En qué estantería colocas mis logros..? …cada vez que te sientes ‘orgulloso/a’ de mí…
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Emociones autoconscientes
La Profesora Itziar Etxebarría, en el libro “Psicología de la Emoción” (Ed. Ramón Areces), expone que la psicología tiende a agrupar la culpa, la vergüenza y el orgullo como “emociones autoconscientes”.
Estas tres emociones tienen como rasgo fundamental que se generan cuando se produce una valoración positiva o negativa del propio yo, en función de una serie de criterios personales, acerca de lo que constituye una actuación adecuada en diversos contextos. Esta autoevaluación no tiene por qué ser explícita ni consciente (aunque precisamente estas emociones se denominen así ’emociones autoconscientes’, refiriéndose esta expresión fundamentalmente a la necesidad de que exista algún tipo de juicio previo de la persona para generar esta emoción).
Según la Profesora Etxebarría, “estas emociones juegan un papel fundamental como elementos motivadores y controladores de la conducta moral” en uno mismo (y para mí también sobre los demás, aspecto que es el que quiero abordar en este post).
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La raíz del orgullo
Siguiendo el discurso de la citada autora, y centrándonos exclusivamente en el orgullo, esta emoción surge de la evaluación positiva de una acción propia. Y es que la experiencia de alguien que siente orgullo es de alegría y satisfacción, tanto es así, que “el orgullo lleva una tendencia a la reproducción de las acciones que lo suscitan”, marcando una propensión a replicar estas acciones que tan buenas sensaciones provocan.
El extremo exagerado de este orgullo sería una especie de soberbia o ejercicio del narcisismo que provocaría más rechazo que otra cosa en el resto de las personas.
Dicho esto, ¿Qué se esconde detrás de una frase aparentemente halagadora como ‘me siento orgulloso de ti’? ¿Qué impacto puede tener en los demás?
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Tu orgullo me evalúa
El orgullo, como todas las emociones, tiene su función. En sus dosis bien vividas puede ser un buen soporte de tu propia autoestima… pero considero que dejarlo caer en los demás puede tener una consecuencia para el otro parecida a como si tuvieras que pagar una comida a la que ni te han invitado, ni has asistido, pero te someten a pagarla.
Cuando nos sentimos orgullosos de alguien, consciente o inconscientemente, lo hemos evaluado. Hemos ratificado que ha hecho las cosas bajo nuestros cánones… que actuó acorde con nuestro ‘mapa’ de cómo deben funcionar las cosas. Esto es, para nosotros, por encima de los esfuerzos y motivaciones de la otra persona, lo importante es que su conducta ha encajado con nuestra mejor expectativa sobre ella.
La alegría en este caso, más que por la otra persona, puede convertirse en un regocijo por la confirmación de unas expectativas que lo mismo ni estaban escritas, pero que son más reales que el aire que respiras. Dicho de otro modo, ‘sentirse orgulloso de alguien’ es poner los logros de esa persona en función a uno mismo.
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Del orgullo al chantaje
Desde este enfoque que trato de configurar para generar la mayor reflexión posible, entre las repercusiones que encuentro elicitadas por la expresión “me siento orgulloso de ti”, me sobresalen las siguientes:
Cuando “nos sentimos orgullosos de alguien” podemos terminar descapitalizando a la otra persona, colocando sus esfuerzos y motivaciones en un segundo plano, y desplazando el eje de la acción del otro (su logro, su conducta) hacia uno mismo. Es como si usurpáramos un protagonismo que no nos toca.
Por otro lado, esta expresión puede generar la tendencia en la otra persona de repetir la conducta buscando principalmente ese reconocimiento, esa expresión. Es como el hijo que solo estudia para que “sus padres se sientan orgullosos” (…y desde ahí, aplica esto a cualquier dimensión de la vida, en cualquier contexto -padres, parejas, jefes, amigos,…-).
Es una manera de ‘doblegar el talento’ de la otra persona, que en el peor de los casos dejaría de fluir naturalmente, a su manera, para fluir por el cauce que le marquen esas personas de referencia… buscando “que se sientan orgullosas”, y esperando volver a confirmar una expectativa que ni siquiera es la suya.
Es una manera de chantaje, en algunos casos altamente cruel. Porque si jodida es la expresión “me siento orgulloso de ti”, más jodida es el “no me siento orgulloso de ti”…que bien entendido pudiera interpretarse como “estoy haciendo las cosas como a ti no te gustan” y en el peor de los casos “te estoy fallando, estoy haciendo algo mal, tengo que cambiar”…
Imagínate desde este enfoque casos como: el de unos estudios elegidos que no concuerdan con las expectativas de los progenitores, una pasión que no encaja con lo esperado, una condición sexual no aceptada por el entorno familiar, o los esfuerzos de un niño o una niña ante los muchos retos que se le irán presentando y que requerirán una toma de decisiones por parte de los pequeños… y todos los que se te ocurran, casos todos ellos en los que el “me siento o no me siento orgulloso de ti” están modelando maquiavélicamente las intenciones y las conductas, y haciendo chirriar en muchos casos la tendencia natural de las personas.
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…con que me quieras y te alegres me vale
Y ya está. Y yo feliz.
El orgullo sobra, o déjalo para ti que es genial sentirse orgulloso de uno mismo (si ese orgullo no se convierte en soberbia o narcisismo).
En serio, alégrate, manifiéstame de la forma que quieras que estás poniendo en valor mi decisión, mi actitud o mi conducta… déjame que sienta tu aprecio y lo disfrute, que me nutra de tu presencia en este sentido, si así lo quieres… pero en serio, no me vampirices los esfuerzos, ni me restes autonomía, que al final terminamos mercadeando con nuestros valores y nuestro talento… y eso es el principio del fin.
No dejes que mis éxitos y mis decisiones alimenten tu orgullo… o lo mantengan a dieta, que la vida no va de eso…
…con que me quieras y te alegres me vale.
No caigamos en la tentación de modelar a los demás, o a nosotros mismos, sintiéndonos o dejándonos de sentirnos orgullosos por lo que las mentes y el talento ajeno decide ser o hacer.
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(…gracias a mi compañera María Gregorio por enriquecer este post con tu conversación. Besotes!)
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https://www.youtube.com/watch?v=8iE2UOvKVT0
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El lado oscuro de ‘sentir orgullo de alguien’
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Autor de la imagen de la entrada: Nightowl, vía Pixabay
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Genial David; si te digo la verdad, he utilizado esta expresión con alguna persona, recientemente, y me he quedado con una sensación extraña, de insatisfacción, como si estuviera diciendo algo indebido, no sé…
Ahora, después de leer tu post, ya tengo claro lo que me estaba pasando.
Muchas gracias por compartir estas reflexiones
Exacto Pedro!!! ¡¡¡Es eso!!!
…esa sensación fue la que me hizo reflexionar sobre el tema, leer algo, escuchar, investigar un poco a ver qué se escondía detrás de esa sensación que describres. Es lo mismo que yo sentí, y que descubrí que no era el único.
Gracias por estar !!!
David
Hace poco le decía a mi hijo que me sentía orgullo de él por los logros personales que estaba consiguiendo, no suponía que eso pudiera estar indicando un sentimiento de dependencia hacia mi manera de ser y que ello fuera algo “presuntamente” negativo. Me pregunto si eso es aplicable también a los maestros y profesores e, incluso, en que rango de edad se considera esta dependencia.
Quiero suponer que todo es relativo y la personalidad de cada uno es determinante, los habrá muy influenciados y otros más bien poco. La edad sí creo que sea un hándicap, pues cuando más jóvenes sean, el riesgo de influencia aumentará.
En cualquier caso, tomo nota y procuraré alegarme, más que sentirme orgulloso de mi familia y amigos.
….este es un post que está removiendo a mucha gente Benito, y es que más allá de la inocua intención de sentirnos orgullosos de alguien, con el ánimo de apoyarlo y reforzarlo, lo cierto es que desde este enfoque ese apoyo se sustenta en el propio “yo” más que en las acciones e iniciativas del otro. Y eso, tengamos la edad que tengamos, genera una suerte de expectativas que pudiera tener sus consecuencias. Un abrazo amigo!!
David
Entiendo que en algunos casos pueda tener esa connotación negativa pero no veo claro que en general esa expresión lleve siempre implícita toda esa carga. Saludos
Hola Olivia,
Gracias por entrar y comentar en el Blog. Pues tienes razón, tal y como dices no tiene sentido que “en GENERAL esa expresión lleve SIEMPRE implícita TODA esa carga”, claro que no es así. En este caso, tal y como indico en el título, me centro en el aspecto más comprometido de esa expresión. Es lo que he preferido tratar para alimentar y generar toda la reflexión posible en este sentido.
Un abrazo y gracias de nuevo!
David
Justo estaba buscando una opinión hacerca de este tema, pero concuerdo con Oliva Manzorro, el orgullo a mi entender es un nivel de satisfacción que se logra por ver que tu entorno más cercano (hijos, familiares o proyectos en el que fuiste partícipe) logra resultados sobresalientes. Es una forma de conectarse con el otro y compartir la felicidad del logro. Incluso lo veo más positivo que sentirse orgulloso de si mismo. Ahora bien, toda sensación puede utilizarse para influenciar a los demás de forma positiva o negativa (no sólo la culpa, vergüenza o orgullo… también el amor por ejemplo), por lo tanto no puedo estar de acuerdo con este artículo.
Hola Reinaldo,
Muchas gracias por pasarte por el Blog y comentar. Pues yo sí que estoy de acuerdo contigo en lo que dices, la verdad.
Tan solo un matiz, el post se titula “EL LADO OSCURO de sentir orgullo de alguien”, por lo que me centro en eso, en ‘el lado oscuro’. No trata el post de abordar el orgullo en su totalidad, ni de hacer una anatomía del orgullo… simplemente me centro en el ‘lado negativo’, dejando lo positivo para otra ocasión ;-).
Un saludo!
David Barreda
Me parece muy bueno tu análisis y concuerdo con él… recién leí una publicación de alguien y me dio esa sensación de estar “avalando” lo que los demás hacen.. y creo que si los demás logran o no logran “nuestras metas” es lo menos que debe importarnos… porque aunque no logren las suyas propias podemos sentir orgullo de ellos… ¿que no? Un saludo!!
Hola Daniel,
Muchas gracias por la lectura y tu comentario. Oye, me parece muy interesante la frase que dices sobre “aunque no logren las suyas propias podemos sentir orgullo de ellos”, genial.
Un saludo!
David Barreda
Que pasa cuando haces algo bien, por un instante lo crees, observas el empeño que pusiste, te enorgulleces a ti mismo porque sabes que has hecho eso de la mejor forma que has podido, pero justo xuy comienzas a gozar de esa satisfacción! Pas!! Llega la culpa que te dice: he! Ya tranquila no es para tanto! No caigas en la arrogancia… Y mira que te hablo de instantes! En los que un seno tan reconfortante se convierte en un sinsabor… Que es? Por qué soy así conmigo misma?
…no lo sé Ana, pero suena a “autoexigencia”, ¿no?
…creo que es una virtud saber disfrutar de los logros ajenos… aprender de ellos, de uno mismo, de las iniciativas que funcionaron, de lo que se puede hacer con ese aprendizaje… alegrarse… y continuar…
…no sé si te respondo…
Un saludo!
d.
Lo paradójico de la vida. Sentir el orgullo no es ni bueno ni malo, hacer sentir culpa al otro tampoco lo es… pero lo que si es claro que toda acción trae siempre un resultado ¿quieres el resultado que generarás con tu acción?
El otro dia mi mujer hizo algo muy bueno en su trabajo y me pregunto si estaba orgulloso de ella (are you proud of me?). Yo le dije que me alegraba mucho por ella, y no se lo tomo a bien (para ella es lo que un amigo le hubiese dicho). Yo le explique que para mi el sentirse orgulloso implica una posesión. Mis hijos son legalmente y psicologicamente mios, y mi “posesión” hasta que cumplan 18 años. Pero ella no me pertenece, ella decidió vivir para el resto de su vida conmigo (yo tambien decidi vivir con ella para el resto de nuestras vidas).
Para mi estar orgulloso de mis hijos es porque como dice el articulo (o eso me ha parecido interpretar), los hijos son una extension de uno mismo y pones en ellos tus anhelos de mejorar y progresión que uno mismo no cumplio consigo mismo. Quien no desea que su prole mejore y sea mejor que uno mismo? Su progresión es tu mejor legado!!!
En fin, que seguire buscando argumentos para decirle a mi mujer que es mejor ser feliz por ella que estar orgulloso de ella y le dare este que aqui se propone.
Hoy un familiar me preguntó si me sentía orgulloso de mis hijos, le respondí que me sentía feliz y no orgulloso, pues el orgullo se basa en logros personales y no de logros del otro. Me siento muy feliz por los logros de mis hijos, pero mas feliz me hace que no necesitaron de mí para lograrlos. Fue gracias a su propio esfuerzo.