¿Qué le desearías a una persona que acaba de nacer?

Jueves 5 de marzo, 20:50 horas, estoy terminando una sesión formativa. Escucho atento las últimas intervenciones de mis alumnos y alumnas, comentan lo qué se han llevado de la sesión de hoy. Ya están terminando y me pongo un poco nervioso. Tengo que marcharme para el hospital.

21:07, David ya ha nacido. Yo llegaba al hospital y él llegaba al mundo. Es mi sobrino. Es emocionante. En esos momentos todos somos felices y yo me siento especialmente vinculado a este mundo, es una sensación rara. La alegría predomina. Es una sensación placentera. La tranquilidad y el descanso porque todo ha ido bien se mezclan con una felicidad que necesito compartir.

¿Qué le desearías a una persona que acaba de nacer? Es un pensamiento que llega a mi cabeza en estos días. Si tuviera que dejarle un deseo, una reflexión, un legado, un aprendizaje, no sé… ¿Qué le diría a mi sobrino?

Hace unos meses leía la noticia publicada en varios medios en la que se comentaba que 7 de cada diez niños nacidos hoy trabajarán en ocupaciones que aún no existen. En noviembre tuve la ocasión de escuchar una ponencia de Richard Gerver en el Congreso de Mentes Brillantes, nos decía que nuestro sistema educativo está preparando muy bien a los niños para un mundo que ya no existe.

Parece que lo único contante es el cambio, y nosotros mismos lo vivimos casi sin darnos cuenta, fíjate: selfie, hashtag, tablet, wifi, tuitear, whatsapp,… ¿con qué frecuencia utilizabas estas palabras hace siete años?

…todo esto son cosas que me hacen pensar, me remueven, me motivan y no quiero dejarlas escapar.

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Querido David…

…podría desearte que se seas feliz, pero no sé, me resulta muy inespecífico y colgarte este pensamiento sin más creo que suele genera más frustración que otra cosa. Ya, ya sé que acabas de nacer y que no entiendes ni una palabra de lo que estoy escribiendo, pero ya llegará el momento de que las entiendas… además, la verdad, poco importa lo que yo te pueda desear en este momento. Lo realmente importante es lo que tú mismo vayas descubriendo y el aprendizaje que seas capaz de generar, no obstante te paso algunas cosas, por si te valen, cosas que yo he tardado unos años en descubrir y que a mi me están viniendo bastante bien…

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Cuídate, es lo más importante. Sé ambicioso con tu bienestar y hazlo de manera ecológica con el bienestar de los que te rodean. Sabes, si tú estás bien podrás dar “calidad” en todo lo que hagas, en tus relaciones y en tus acciones,… quiérete mucho, aprende a quererte, conócete y aprende a respetarte. Cuida tu cuerpo y cuida tus pensamientos.

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Utiliza todo para avanzar, sin lastimarte a ti ni lastimar a los demás. Habrá cosas que salgan como desees y cosas que no saldrán como tenías pensado o hubieras querido, esto último se llama frustración. La frustración es una compañera de vida a la que tenemos que aprender a tolerar, porque aparecerá muchas veces y créeme… nos enseña muchas más cosas de lo que pensamos. Eso sí, ya te digo que “aprender de la frustración” es todo un aprendizaje en sí mismo, así que… no te frustres con esto 😉

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Toma tu mismo tus propias decisiones, porque si no las tomas tú otros las tomarán por ti. Esto es importante porque el escenario en el que vives cambiará, cambiará constantemente y lo único que permanecerá serás tú, el cambio que vivas en cada momento y las decisiones que tomes frente a ellos. Busca en tus decisiones tu propio equilibrio, escuchar a tus emociones aquí es importante, tan importante como aprender a interpretar a tu intuición, buscar apoyos y reflexionar ante las circunstancias que se te planteen.

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Nunca hagas algo que no quieras hacer. A ver, entiéndeme, no me refiero a quedarte en la cama cuando suene el despertador porque tienes sueño y no quieres levantarte… no me refiero a esas cosas… Esto que quiero decirte ahora tiene mucho que ver con lo que te decía antes: toma tú mismo tus propias decisiones y no hagas aquello que se aleje de tus valores y te haga sentir mal a ti o a alguien. Saber “decir que no” es mucho más difícil de lo que en un principio te parecerá y mucho más necesario de lo que piensas para conservar nuestra integridad.

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Cumple tus compromisos. Cumple la palabra que des. Darás seguridad a los demás y generarás confianza, pero lo más importante es que te darás seguridad y confianza a ti mismo y será el mejor alimento con el que puedas nutrir tu autoestima.

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Di siempre la verdad, pero no hagas daño a nadie cuando la digas. A veces no será fácil, pero tampoco imposible. Se puede. Y cuando no quieras decir algo, no lo digas. Siéntete libre para todo esto pero no mientas, mentir no funciona.

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Genera relaciones sanas. Conoce a gente. Da igual de dónde vengan, el dinero que tengan o en qué trabajen… todos somos más parecidos de lo que pensamos. Genera relaciones sanas, en las que  tus capacidades se activen y donde se puedan activar las capacidades de los demás. Es fascinante.

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Pero sobre todo David, lo más importante es que uses protector solar…

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[Día 6 de marzo, 7:00 horas A.M., corro a mirar el móvil. Solo faltaba una cosa para que el día de ayer fuera perfecto y… ¡SÍ, me llegó el mensaje!, mi amiga María dio a luz ayer. Andrés nació un ratito después de David… definitivamente el día 5 de marzo de 2015 ha sido un día cargado de FELICIDAD…]

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NOTA: esta es una entrada abierta, estaré encantado de recibir tus comentarios sobre qué le dirías a una persona que acaba de nacer para completar el post.

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Foto de la cabecera tomada de la web http://www.enfermerasalus.es/consejos/