Sin que sirva de precedente (o sí), voy a romper la dinámica de dejar descansar mi actividad bloguear en agosto. Y es que hay experiencias que merece la pena compartir.
Desde hace unos días estoy en Honduras, por tercera vez este año, de la mano de la Escuela Andaluza de Economía Social. La agenda para estos días está siendo apasionante y creedme que la estoy disfrutando mucho.
Así, desde el jueves estoy impartiendo el módulo de Gestión de las Relaciones del Diplomado que la Escuela de Economía Social ha diseñado para la Cooperativa Chorotega, que tiene como objetivo fortalecer l estructura interna de los equipos de trabajo desarrollando estrategias de gestión emocional que permitan el desarrollo de relaciones y sinergias efectivas y saludables.
Esta cooperativa de ahorro y crédito, que tiene entre sus objetivos convertirse en ‘referente’ del modelo de Economía Social en Latinoamérica, además de los servicios financieros que prestan a sus usuarios, desarrolla una labor social con un impacto directo y positivo sobre algunas comunidades que merece la pena dar a conocer.
Una de las actuaciones más interesantes de la Cooperativa Chorotega consiste en la financiación y la asistencia técnica de otros proyectos de Economía Social que generen empleo, autonomía y permitan un desarrollo social y económico de las personas que lo participan. El pasado jueves tuve la suerte de visitar dos de estas experiencias.
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La primera parada fue en el Grupo Asociativo Playa Negra en la aldea de San Bernardo en el municipio de Namasigüe. Este grupo junto con otros cuatro más conforman una cooperativa integrada por mujeres que se dedican al cultivo del camarón.
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Os puedo asegurar que el sitio es tan especial como caluroso, y casi te parece un milagro que las lagunas aguanten el agua y no se evaporen. Choluteca es la zona más cálida del país. En estas lagunas las mujeres trabajan a una temperatura media de unos 35 grados (aunque la sensación térmica puede ser mayor). Al poco rato de estar allí notas como se te va calentando la ropa y los teléfonos empiezan a coger temperatura. Tremendo.
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Pero lo más tremendo es que el método de trabajo de estas mujeres es absolutamente manual. Ellas mismas construyeron los bordes de las lagunas a mano y pala, ellas cuidan de que las aves no se coman el cultivo de sus camarones dando gritos, carrerasy golpeando botellas de plástico para ahuyentarlas, y ellas gestionan su propio negocio con el apoyo de la Cooperativa Chorotega.
En estas condiciones ambientales, creedme que el valor de estas mujeres se torna en valentía y en un coraje que permite alimentar a sus familias y contribuir activamente al desarrollo de su comunidad.
Este año esperan llegar a una cosecha de 22.000 libras de camarones (unos 10.000 kilos).
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La cooperativa Chorotega, además de impulsar técnica y financieramente a estos grupos de mujeres, completa su intervención facilitando el acceso médico y llevando a cabo acciones educativas en estos municipios a través de su Fundación y su comité educativo.
También se promueven acciones medioambientales, como la incorporación a la laguna de plantas que faciliten la oxigenación del agua y favorezca el crecimiento de los camarones.
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La segunda parada la hicimos en una procesadora se Marañones. Que yo no tenía ni idea de lo que era hasta que me di cuenta que se trataba del anacardo. Esta procesadora es otro de los proyectos que cuenta con el impulso de Chorotega.
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Nos recibe María Muñoz, socia de la Cooperativa Paz y Unión y miembro de la junta directiva de Chorotega.
La cooperativa Paz y unión, junto con otras dos más, Nueva Esperanza y La Sureñita, generan una sinergia que permiten comercializar y exportar sus productos bajo una misma marca, la de La Sureñita.
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Una a una, la semilla del marañón es limpiada de su cáscara tras un proceso de lavado, secado, luego se dejarán al sol y se tostarán para ser comercializado en sus tres variedades: con sal, con caramelo y con chile (por cierto, este pica pero engancha, imposible comerse solo uno).
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Me inquieta escuchar hablar por aquí del cambio climático. Aquí no se habla del cambio climático como una profecía…. aquí ya es una realidad. Está tristemente normalizado, es tangible de una forma directa y real.
Cuando te cuentan que de 12.000 quintales han pasado a tener una cosecha solo de 4.000, que las lluvias fuera de temporada está arrasando la floración… y que existe una conciencia real y necesaria por hacer un cultivo sostenible (el proceso es 100% orgánico)… realmente te sientes removido…
…por el impacto global y el local. Con la sensación de que el descuido por el medio ambiente acaba ahogando primero a quienes tienen más necesidades abiertas.
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…y toca refrescarse…
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…y tras esta intensa mañana, y como aún me quedaba una tarde en la que tenía que impartir cinco horas de formación, tocaba reponer fuerzas. Así, me llevaron con mucho interés a tomar el mejor Pozol del país, que yo no sé si es el mejor pero os puedo asegurar que estaba buenísimo… muy, muy bueno.
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El Pozol es una bebida tradicional del sur de Honduras de herencia indígena. Se compone de leche de vaca, maíz, vainilla, azúcar, canela y ..hielo que se sirve en un guacal. Ya te digo, la perfecta combinación para combatir el calor y recargar energías… la clase de la tarde me salió genial 😉
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…y así fue el viernes. Agradecido a la Cooperativa Chorotega por permitirme conocer y compartir estas experiencias, y por la hospitalidad que me están brindando estos días, unos días en los que estamos trabajando el trabajo en equipo desde un enfoque emocional, unos días de crecimiento mutuo.
Próxima parada: Tegucigalpa con el Seminario de Marca Personal para Directivos de Empresas Cooperativas.
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Post.- Entre camarones y marañones
Muchisimas gracias David por compartir esa experiencia en este espacio formativo, el post te ha quedado genial, tu visita a Cooperativa Chorotega deja grandes aprendizajes para los participantes del Diplomado quienes estan satisfechos y agradecidos por tu trabajo, nosotros como cooperativa mucho mas, seguimos trabajando en la promoción del modelo cooperativo en el marco de la economía social, Bendiciones amigo.
Gracias Dany,
Créeme que ha sido un privilegio trabajar de la mano de la Escuela Andaluza de Economía Social para la Cooperativa Chorotega. Me marcho feliz, y con el corazón empapado de todas esas iniciativas y estrategias que estáis poniendo en marcha y tanto bien hacen a vuestra comunidad. Un fuerte abrazo amigo, y seguimos en contacto.
David
Querido amigo, ¡menuda experiencia!. Procura taerte una cantimpora de Pozol para compartir. ¡Ah!, no les digas a tus amigos que los anacardos se venden por aca en bolsas de 100 gramos y a dos euros y pico, se sentirían estafados por las multinacionales.. Espero que pronto sepan apreciar tu sapiencia y calidad humana. Creo que puedes entregar mucho a esas personas y tambien recibir mucho de ellos. Aprovecha este maravilloso momento de tu vida. Un abrazo
…gracias Benito!!
Bueno, no te preocupes, mis amigas comercializan junto a otras dos cooperativas más sus productos por ellas mismas, bajo una misma marca, La Sureñita. 100% Comercio Justo.
Un abrazo!
David