Aprendiendo a Aprender 2de2
Segunda Parte del artículo de Mª Ángeles Marín Martín para Procesos y Aprendizaje
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Abordábamos la semana pasada en la primera entrega del Post “Aprendiendo a Aprender” el concepto de metacognición entendida como el grado de conciencia y conocimiento de una persona sobre sus “procesos cognitivos” en el aprendizaje, o dicho de otra forma el darnos cuenta de lo que nos pasa mientras aprendemos y de la autoevaluación que hacemos sobre la efectividad de estos procesos en el logro de nuestras metas de aprendizaje.
Todo ello constituye nuestro “sentido de competencia personal” con el consecuente “empoderamiento individual” que desarrollamos facilitado por esta toma de conciencia.
En esta segunda entrega, pretendo abordar qué necesitamos realmente para fomentar la competencia de “aprender a aprender” así como describir aquellas “estrategias pedagógicas” que contribuyen a la propia metacognición. Vamos a ello.
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¿Qué necesita una persona para “Aprender a Aprender”?
El primer paso para aprender a aprender es que sepamos qué es lo que estamos haciendo y que lo sintamos, luego estamos en condiciones de plantearnos qué otras cosas podríamos hacer para ser más competentes, más eficientes y, en definitiva, mejores aprendices.
Con un poco de perspectiva, no estamos haciendo otra cosa que aplicar nuestro sentido del aprendizaje sobre el propio aprendizaje, abordando el conocimiento sobre nuestra forma de pensar y de procesar la información, así como nuestras propias peculiaridades a la hora de aprender.
Un símil parecido es lo que conlleva explicito el Coaching, el quid de la cuestión está en qué es lo que nos lleva a tomar conciencia, siendo esto lo que ocurre con el “aprender a aprender”: qué nos lleva y nos facilita el aprendizaje.
Si somos docentes, nuestra labor es plantearnos no sólo que es lo que queremos que nuestro alumnado aprenda sino también, la forma en que les será más fácil aprender y optimizar el proceso. Desde la otra parte, si somos aprendices activos nos atañe el interesarnos y entender que es lo que hacemos para aprender y las competencias emocionales que se ponen en juego.
Desde el enfoque de la docencia, cada vez que actuamos como docentes sea el ámbito que sea (y todos en la vida somos docentes en algún momento), se trata de despertar en el alumnado esa toma de conciencia de la que venimos hablando. O en otras palabras, que quienes sean nuestros alumnos y alumnas se planteen y respondan por ellos mismos a interrogantes del tipo ¿cómo de difícil es para mí esta tarea? ¿qué estoy haciendo para desarrollarla o llevarla a cabo? ¿qué es lo que me reporta un mayor esfuerzo? ¿qué otras cosas puedo hacer para llevarla a cabo de forma más constructiva? etc.
Si como docentes habituamos a nuestro alumnado a dar respuesta a estos y otros interrogantes reflexivos, estamos logrando que el/la aprendiz tome conciencia de la importancia de aprender y gestionar la forma en que lo hace. Nuestra tarea se verá complementada en la medida en que alumnos y alumnas puedan desarrollar de forma regular y consecuente una actitud de compromiso y responsabilidad hacia el aprendizaje propio.
“Que el alumnado aprenda a aprender le confiere la máxima autonomía posible en lo que a su aprendizaje se refiere”
Parafraseando a Withmore: “Para que las personas desarrollen su autoestima, además de acumular éxitos, necesitan saber que se deben a su propio esfuerzo”, y es que conseguir resultados de manera fortuita al ser humano no nos proporciona satisfacción.
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Estrategias pedagógicas que contribuyen a la “metacognición”
El acercamiento de cualquier aprendiz a la “metacognición” suele ser a través de dos vías, que si bien no voy a desarrollar, sí voy a referenciar para que veamos el alcance de las mismas:
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(1) El conocimiento que puedes tener acerca de tus propios procesos cognitivos y emocionales. La propuesta es sencilla, indaga en aquel conocimiento que te ofrece detalles sobre la forma en que aprendes y sientes. A nivel práctico, supone que tomes conciencia sobre la forma en que adquieres y procesas la información.
Consiste en analizar, por ejemplo, si tu interés se centra en la información que procede de los cinco sentidos o por el contrario, prefieres información que viene de las asociaciones y conexiones entre ideas. Es decir, ¿valoras las aplicaciones prácticas o tu interés se centra más en la imaginación y perspicacia?
Por último, atendiendo a tu “sistema de representación de la información” ¿aprendes mejor cuando recibe las explicaciones oralmente y, cuando puedes hablar y explicar esa información a otra persona? ¿te ayuda el visualizar a establecer relaciones entre distintas ideas y conceptos? o ¿eres más de los/as que procesas verificando la información contrastándola con las sensaciones corporales y sentimientos que te producen ésta?
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(2) El conocimiento y toma de conciencia sobre el repertorio de “estrategias” que te son útiles para procesar esa información y la eficacia a la hora de aplicarlas. En este caso ¿dirías que necesitas instrucciones precisas para abordar una tarea? ¿dirías que necesitas razones lógicas y prácticas para hacer algo? o ¿eres de esas personas que prefieren una dirección general, con libertad para “hacer” siguiendo tu propia forma creativa? ¿qué experimentas cuando tienes autonomía en tu propio proceso de aprendizaje?
Más cuestiones: ¿aprendes mejor haciendo o desarrollando actividades de “manos a la obra”? o por el contrario ¿aprendes mejor imaginando y creando con otras personas?, ¿te resulta de utilidad la elaboración de ideas sobre el tema que estás trabajando?¿recurres a la organización y conexión de los conocimientos mediante esquemas lógicos o mapas conceptuales?…
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Responder a todas estas preguntas nos ayudan a confeccionar nuestro propio mapa de aprendizaje, a través del cual nos conoceremos y nos facilitaremos futuros aprendizajes que podremos replicar en los contextos de vida que se nos presentes.
Y tú… ¿Cómo aprendes?
No dudes en hacernos llegar tus comentarios, y sumaremos!!
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Mª Ángeles Marín Martín, autora de éste artículo es Coach, Acreditada en MBTI, Pedagoga, Experta en Orientación e Inserción Laboral, y Gestora de Proyectos Formativos.
Puedes contactar con ella a través de su perfil de Linkedin, haciendo clic sobre su nombre, o bien a través del correo: mariaa.marin.martin@gmail.com
Hola Angeles, he tenido el placer de leer tus dos post relacionados con la conocida metacognición o competencia para “Aprender a Aprender”. Decirte que ha sido todo un lujo leerte. Me dedico a la educación y me parece un tema interesantísimo que en los centros educativos debemos fomentar y trabajar con el alumnado.
Un saludo
Gracias Juan Ángel por tu comentario, un abrazo!!
@davidbarreda_db
Buenas tardes Juan Angel, agradecerte la lectura y que nos hayas llegar tu comentario. Tal como apuntas y detectas desde tu propia experiencia profesional es esencial trabajar con el alumnado la competencia de “aprender a aprender”. Competencia que persigue esa autonomía en el propio proceso de aprendizaje desde la conciencia tanto de los procesos cognitivos como emocionales.
Un saludo y gracias de nuevo!!