A veces, la vida te devuelve unos boomerangs fascinantes. Quién me iba a decir hace cuatro semanas cuando formaba en España a una delegación de la Cooperativa hondureña COACEHL, en materia de “Trabajo en equipo e Inteligencia Emocional Colectiva”, que en un mes sería yo el que estaría en Honduras formando al resto de sus compañeros y compañeras.
Y aquí estoy desde ayer (creo, porque estoy un poco liado con los horarios), en La Ceiba, Honduras, facilitando esta formación gracias a la Escuela Andaluza de Economía Social, a quienes siempre les estaré agradecido por la confianza que están depositando en mi trabajo, y las experiencias que me están permitiendo vivir.
Toda la experiencia en su conjunto me está resultado altamente enriquecedora. Y cuando me refiero desde el principio hablo desde el momento en el que me pongo a diseñar la formación que impartí en Sevilla a esta Delegación hace un mes, su desarrollo, su resultado, su repercusión y la petición que se vuelva a repetir, pero esta vez en su país.
Me gusta y me conecta mucho la idea de lo importante que es estar focalizando en la tarea, en el proceso más que en el resultado, el proceso en definitiva, es lo que nos lleva a los sitios. Los resultados por lo normal, no, a lo sumo nos sirven de referencia pero no nos llevan a ningún sitio. Por eso no tiene mucho sentido y es una pérdida de tiempo dejarse secuestrar por la fantasía que el impacto de tus acciones pudiera tener… tendrán el que tengan que tener, pero casi nunca será el que esperas al cien por cien, y pensar mucho en ello nos termina despistando y sacando de la vía.
…hablo de esto porque precisamente en estos días he pensado mucho cómo, sin pensarlo ni comerlo, me he visto cruzando el charco e impartiendo una formación (que es un regalo en sí misma, por lo rica, divertida y enriquecedora que es)… y casi siempre termino en la misma conclusión: la importancia de estar focalizado en cada tarea y cada trabajo que tengas entre manos, dedicarle a cada uno de ellos el cariño necesario, tratar cada encargo como un ‘encargo especial’, cuidar las relaciones (sobre todo el cara a cara), extraer continuamente aprendizajes de las cosas que te pasan y reciclarlo todo (todo lo que te pase)… aportar cosas valiosas, útiles, que generen crecimiento en la persona y que la persona pueda descubrir cómo puede sacarle partido de manera práctica, cómo puede repercutir ese aprendizaje en su vida y en sus trabajos.
Ahora, este momento, (deben ser las cuatro de la mañana o así en España y aquí las nueve de la noche) no estoy muy lúcido para sacar muchas cosas en claro y relacionar todo lo que la experiencia me está aportando. Con esto te quiero decir dos cosas, la primera que este va a ser un post muy corto porque desde ayer a hoy llevo 20 horas de viaje, e impartido 8 horas de formación y creo que no llegan a cinco las horas en las que he dormido, así que no doy para mucho más. Y lo segundo que me gustaría resaltar es…
…lo valioso que supone para mí encontrarme con entidades formativas como la Escuela Andaluza de Economía Social, que facilitan acciones que permiten la capitalización emocional de proyectos de emprendimiento cooperativo, y que apuestan por una formación basada en valores y en las que el formador tiene la libertad para aportar, crear, innovar y desarrollar. Un lujazo.
…lo inspirador que me resulta encontrarme con empresas, como la cooperativa de ahorro y crédito (COACEHL) con la que estoy trabajando estos días, y que tienen un interés real en empoderar emocionalmente a sus equipos, para que sean personas capacitadas, responsables y con la autonomía necesaria que les permita tomar las mejores decisiones en cada momento. Empresas que ponen en valor la necesaria gestión emocional de las personas que la participan.
…lo genial que resulta compartir este tipo de experiencias con otros compañeros. Yo he tenido la suerte de venir con Álvaro Trujillo, también formador y coach, y aquí estamos los dos, haciendo equipo y creciendo juntos. Recordándonos cada dos por tres lo privilegiados que somos y lo alucinante que nos está resultando esta experiencia. Me encanta compartir todo esto con alguien del que vas descubriendo que compartes valores y enfoques, disfruto mucho viéndonos muy focalizados en lo que tenemos entre manos. Un placer.
Y no te cuento mucho más, porque me no puedo con mi alma… (aún sabiendo que cuando apague el ordenador lo mismo me entra uno de esos molestos e impertinentes insomnios), mañana me queda otra jornada que será tan intensa como esta y necesito descansar.
Pues eso, me despido. El jueves te cuento más, a mi me queda algo más de una semana por estas tierras y a esta experiencia un par de post. Tan solo decirte y desearte que te cuides, que te cuides en las formas, en las maneras y sobre todo en las intenciones, que te cuides a la hora de poner el foco en ti, en lo importante y en la gestión de tu marca personal como ese proceso de descubrirte y poner en valor lo que haces a través de los demás, dándole el espacio a los demás… cada día más convencido de ello… y es que quizás, hay cosas que no pueden provocarse, y sí generarse.
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Procesos y Aprendizaje
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