#citaciega
“No acababa de entender porqué los demás
no terminaban de admirarlo”
De La habitación oscura del pensamiento positivo, Fátima M. Roldán.
El otro día, leyendo el post “Si trabajas para otros, necesitas una Marca Personal, YA”, de Andrés Pérez Ortega, volví a tomar conciencia de lo complejo que puede ser el tema de la Marca Personal y de la multitud de enfoques que confluyen en un proceso de Personal Branding.
No hay dos procesos de Marca Personal iguales. Lógico. Aunque se pivoten sobre los mismos puntos (autoconocimiento, proyecto personal, competencias profesionales, propuesta de valor,…), es un proceso absolutamente personal y las necesidades de cada persona marcarán la realidad del mismo. No es igual en alguien que esté en búsqueda de empleo, que en alguien que tenga un trabajo, o en quien quiera dar un giro a su carrera, ponerse en valor, etc., el proceso es similar pero el enfoque que le da la persona cambia y lo determina.
Siempre hay un objetivo latente debajo de cada proceso de Personal Branding, más allá del de la puesta en valor, un objetivo que como otros está relacionado y condicionado por las necesidades de esa persona.
De hecho, el post al que hacía referencia al principio, me hizo pensar en el impacto tan brutal que tienen las necesidades en nuestra manera de actuar, en nuestras actitudes y en definitiva, en la huella que dejamos en los demás…
…como otras veces, me voy a poner algo Maslowniano para explicar esto,
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Comer
Tener abiertas las necesidades básicas es ir con el piloto de la reserva encendido. Nuestra atención se reparte entre la carretera y la dichosa lucecita. Sabemos que sin gasolina no podemos seguir avanzando, y sabemos que tenemos una demanda real básica. Cuanto más tiempo pase, más nerviosos nos ponemos. Necesitamos comer.
Gestionar un proceso de Personal Branding en este caso requiere de mucha fortaleza mental. Necesitamos aterrizar el avión suavemente y planeando, porque ya no queda o queda poco combustible.
Si los objetivos de la Marca Personal, como dice Jordi Collell son ser conocidos, reconocidos, memorables y elegidos… en este caso, lo que vale es la última opción. Ser elegido. Lo necesitas. Es normal, pero dejarnos llevar por las emociones que esta situación provoca puede restarnos mucha efectividad a la hora de presentarnos como opción preferente, es así.
Considero que una de las estrategias esenciales en este caso es la gestión emocional de la situación y mantener el foco. Es fácil perder los nervios en estas situaciones y victimizarse. Se puede caer en el error de intercalar nuestras presentaciones profesionales con las quejas sobre ‘cómo está la cosa’. O cuando estamos exponiendo nuestra propuesta de valor te terminar ‘pidiendo’ en vez de ‘ofreciendo’, generando claras interferencias en el ejercicio de nuestras candidaturas, pareciendo que pedimos un favor en vez de ofrecer valor. No es fácil, no es imposible.
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Comer, todos los días
Una vez que comemos, lo siguiente que necesitamos las personas es saber que vamos a poder comer todos los días. Tras las necesidades básicas están las de seguridad. Esto es, la búsqueda de la seguridad, o el mantenimiento de la seguridad que tenemos o creemos tener.
Aquí, nuestro proceso de Personal Branding puede sufrir varias desviaciones. Por un lado, esta sensación de seguridad puede acomodarnos, el piloto de la reserva se apagó, ya no tenemos urgencias y por una extraña razón pensamos que ya no la vamos a volver a tener. Tenemos el estómago lleno, se nos olvidó el hambre. (Quizás por aquí iba el post de Andrés)
Por un lado, podemos dejar de ponernos en valor, esto es, cuando estamos o nos sentimos seguros tenemos tendencia a acomodarnos, no sentimos “la necesidad” aunque la tengamos. Por otro lado, podemos terminar olvidando nuestros propósitos y propuestas para ajustarnos a las necesidades de “la mano que nos da de comer”, como si eso significara que esa mano va a seguir alimentándonos.
Que por cierto, no se trata de entrar en conflicto con “esa mano” (joder, en ese momento es la que nos está alimentado), sino de buscar la manera de conciliar la evolución de nuestra propuesta de valor (esa que siempre irá con nosotros) con el contexto en el que estemos trabajando. En otras palabras, no olvidarnos de nosotros.
Otra cosa muy jodida, y relacionado con lo anterior, es tratar de aferrarnos a toda costa a lo que ahora tenemos. Como si no hubiera mundo más allá, aún incluso aunque sea muy jodido lo que tenemos. Es lo que los modernos llaman “zona de confort”.
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Yo y “la pandi”
Ya comidos (necesidad básica cubierta) y con la ‘certeza’ de que podremos comer durante un tiempo (necesidad de seguridad cubierta), la siguiente necesidad que tenemos las personas es la necesidad de pertenencia. Somos sociales y el punto álgido de nuestras competencias normalmente se pone de manifiesto en relación con los demás, para ello, pertener a un grupo es esencial. Aquí queremos ser aceptados por el grupo.
Orientar nuestro proceso de Personal Branding según esta necesidad, normalmente si ser conscientes de ello, es pensar que en nuestra propuesta de valor es un elemento esencial el pertenecer a un determinado grupo o que se nos asocie con determinadas personas. Son procesos de Personal Branding en los que las personas tratan de hacer visibles con quienes se relacionan. O en los que se trata a toda costa de complacer a aquellas personas que para nosotros son referentes, pensado que ganaremos en valor por el simple hecho de estar una u otra “pandi”.
…queremos estar en “la pandi”, cueste lo que cueste…. extraño.
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Qué guap@ soy, qué estilo tengo
Venga, siguiente escalón. Tras la necesidad de pertenencia viene la necesidad de reconocimiento. Aquí ya no nos preocupa pertenecer a ningún grupo. Somos demasiado chulos como para que eso nos preocupe y ya nos sentimos incluídos (en los casos más extremos incluso se puede pensar que determinados grupos no tienen sentido sin la presencia propia). Aquí lo que nos preocupa es brillar, en nuestro grupo y en el resto del mundo.
Son Procesos de Personal Branding en los que la propuesta de valor se basan “en mi cara bonita”. Están orientados a la visibilidad personal. Evidentemente esto no se dice así, claro. Las personas en estos casos hablarán de su proyecto, sus propuestas, etc. pero siempre con una foto propia de fondo. Esto es una metáfora y no lo es. En la vida real son manifestaciones del ego, gente que habla mucho y escucha poco, o que habla en una primera persona del singular invasiva. En las redes, con un poco de ojo se ve muy claro, (es lo bueno que tienen las RRSS, que con el tiempo nos retratamos claramente), son muros cargados de imágenes propias, de una autopromoción excesiva.
Normalmente, el número de veces que aparece tu cara en los muros de tus RRSS es directamente proporcional a tu necesidad de reconocimiento. Si además, solo hablas de ti, la sospecha se confirma.
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Flow
Tras la anteriores necesidades, en un escalón superior, aparece la necesidad de autorrealización. Esta es la que mola, la que casi todo el mundo dice que busca aunque termine (o esté) atrapado por alguna de las anteriores.
Aquí el foco está en lo que hacemos. Disfrutamos con ello. La actividad, lo que tengamos entre manos nos resulta tan estimulante que no necesitamos contarlo para que tenga valor. Esto es, no se cuenta para que valga, se cuenta para compartirlo, para hacer visible aquello que nos enriquece y puede enriquecer a los demás. Sentimos que nuestra propuesta de valor es VALIOSA de por sí, trabajamos con ella y la compartimos. Cuando alguien está aquí, se le lee como apasionado.
Son procesos de Personal Branding orientados a la propuesta de valor, a buscar la manera de desarrollarla, llevarla a la práctica, generar resultados para la persona y para los demás, compartirla, contarla, dejar espacio a los demás para tomar otras perspectiva,…
…no pierdes tiempo en estar en ninguna ‘pandi’ o en buscar el aplauso porque tienes cosas mucho más importantes que hacer, para ti, para los demás.
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Todo el mundo
Le leí a Paco Yuste que todas estas necesidades son universales y atemporales. Son necesidades humanas y por tanto, ninguna de ella es mala. Todos tenemos necesidades básicas, de seguridad, de pertenencia, de reconocimiento y de autorrealización. Lo jodido es quedarse atrapado por alguna de ellas, o dejar dormir a las de orden superior, conformándonos. Ese es el drama, y la fuente de insatisfacción de muchas personas.
Dale una vuelta porque una u otra necesidad acaba orientando tu proceso de Personal Branding, y dibujando tu Marca Personal… cada una de ellas, con una consecuencia.
El reto: satisfacerlas todas desde la ecología con uno mismo y con los demás, generando valor para uno mismo y para los demás.
No es fácil, no es imposible.
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Imagen de agatteerwe vía Pixabay
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