Procesos y AprendizajeProcesos y AprendizajeProcesos y AprendizajeProcesos y Aprendizaje
  • Qué hago
  • Quién soy
  • Blog
  • El Formador 5.0
  • Descargas
  • Contacto

No me siento a la altura (o el Síndrome del Impostor)

David Barreda 7 mayo, 2015
crazy emotion

No me siento a la altura (o el Síndrome del Impostor)

¿Alguna vez has sentido que eras un fraude? ¿Alguna vez te has sentido como un impostor en alguna faceta de tu vida? ¿Has tenido la sensación de que estafabas a alguien que te contrataba o que contaba contigo porque tú creías que no tenías las competencias adecuadas? ¿Alguna vez has tenido la sensación (a pesar de estar esforzándote) de que lo que consigues a nivel profesional, académico o incluso personal es fruto de la casualidad o de las leyes del azar?

Lo mismo, hasta has percibido como estos sentimientos y sensaciones te están zancadilleando tu propio desarrollo profesional o personal, y que quizás cualquiera conseguiría lo mismo que has tú has conseguido o incluso lo haría mejor.

“…como no me siento preparado para lo que tengo entre manos, como no soy lo suficientemente bueno o buena en esto, como no me siento competente y en cambio sigo avanzando…. será que soy un fraude, un timo…. un impostor… a quien ‘con suerte’ le van saliendo ‘bien’ las cosas…”

.

El Síndrome del Impostor

El Síndrome del Impostor, término acuñado por Pauline Clance y Suzanne Imes, caracteriza a aquellas personas que son incapaces de interiorizar sus logros, atribuyendo de una forma u otra la consecución de sus metas a factores externos y que no dependen de la propia persona, focalizándose en la ayuda que han recibido de los demás, la pura suerte, etc.

En definitiva, sienten que están donde están o tienen lo que tienen sin merecerlo, sintiendo que viven como “impostores” o “impostoras”, (¡¡todo ello a pesar de estar trabajando y moviéndose para generar esos logros y oportunidades!!!).

Este síndrome puede ser considerado como una de las peores digestiones que podemos tener cuando alcanzamos algún éxito en nuestra vida. Es como si tras desear algo y esforzarte para conseguirlo, empleándote duramente en ello, lo consigues y al mismo tiempo no terminas de sentirte merecedor de ello.

Según la Coach Sandra Marín, en una entrevista que le realizaron el pasado diciembre, hasta el 70% de las personas ha sufrido este fenómeno en algún momento de su vida, revelando algunos estudios que más del 33% de personas consideradas como “de éxito” comentaron sentirse no mereceredores de su posición profesional en más de una ocasión a lo largo de su trayectoria.

.

Desmontándome a mí mismo

Esta pérdida de conciencia de todo el camino que se ha recorrido hasta llegar donde se está y de todo el esfuerzo invertido, además de implicar un proceso de descapitalización de nuestras capacidades (por el que empezamos a restarles valor y dejarlas huecas), nos puede hacer vivir bajo la dictadura de una pregunta que termina mermando nuestra capacidad de reacción y nuestra efectividad: ¿Conseguiré estar a la altura necesaria?.

Hay tres variables que operan sobre las demás en la génesis y manifestación de este fenómeno. En primer lugar nuestra inseguridad, y es que este fenómeno se activa y manifiesta en situaciones que representan para nosotros una exposición y puesta en valor de nuestro desempeño, percibiendo por encima de todo “una evaluación sobre nuestra actuación” que nos condiciona la actitud y por tanto el desempeño. La evaluación previa y subjetiva de este reto y de nuestra capacidad para afrontarlo, así como la incertidumbre sobre el resultado final serán los argumentos que nuestra inseguridad utilizará para cuestionarnos a nosotros mismos.

En segundo lugar nuestra autoestima, la valoración que tenemos sobre nosotros y nuestras competencias será la que gestione esta inseguridad de una forma u otra. Y en tercer lugar, adquieren especial relevancia nuestro grado de permeabilidad a los comentarios de terceras personas (“está ahí por enchufe”, “no sé cómo ha llegado a ese puesto”, “cualquiera lo haría mejor”,…). Estas dos últimas variables, sobre la base de nuestra inseguridad, tienen un impacto directo sobre el desarrollo del Síndrome del Impostor.

En algunos casos, este fenómeno además de mermar nuestras capacidades, las cuales vamos recortando cualitativa y cuantitativamente, puede infundir el temor a seguir promocionando y ocupar posiciones más avanzandas profesional (o personalmente), suponiendo paralizar nuestro propio desarrollo.

.

La conducta típica en el Síndrome del Impostor

Aida Baida Gil, en su artículo “5 Patrones de autosabotaje típicos del Síndrome del Impostor”, recoge una serie de comportamientos que caracterizan a las personas que padecen este fenómeno, así, las personas que padecen este síndrome…

Son personas que trabajan mucho para conseguir lo que se proponen, normalmente más de lo normal, y aún así no sienten que el mérito es suyo y debido a ese esfuerzo que han empleado.

Son personas reservadas a la hora de compartir ideas y propuestas, por cuanto temen ser descubiertas en su supuesta e imaginada “incompetencia”, el silencio y su no-participación les protege en aquellas ocasiones en las que temen ponerse en evidencia.

Están muy centradas en el reconocimiento de otras personas, o dicho con otras palabras, en la aprobación de terceras personas, ya que esta aprobación ratificará que realmente la persona sí es competente. Aunque, como dice Badia Gil, “por supuesto sigues creyendo que no lo eres, y que todo lo consigues o te lo dicen gracias a que caes bien”.

Suelen apurar los plazos, dejar cosas para el final, lo que da una coartada perfecta ante un “previsible” fracaso…, algo mucho más llevadero que prepararse algo con antelación y fracasar (lo que sí confirmaría esa “supesta” ineptitud).

Suelen ser personas que no terminan las cosas, pensando que su trabajo o su proyecto no es aún lo suficientemente bueno… así que si no se acaba, tampoco será posible una exhaustiva evaluación.

Aida Badía Gil comenta que también es característico de este síndrome la necesidad de cambiar de ocupación, trabajo o carrera profesional de manera recurrente, sabotear tus estrategias cuando te acercas al final de algún proyecto, o no estar o llegar a tiempo a las cosas, todo ello como recursos que nos protegerán e impedirán a los demás darse cuenta de que eres “incompetente”.

En definitiva:

  • las aspiraciones de quienes en algún momento sufren este síndrome suelen ser muy altas hacia sí mismas, rozando lo inalcanzable (bien por la envergadura del proyecto, bien por los plazos en los que se exigen el cumplimiento del mismo)
  • son muy perfeccionistas
  • creen que existen caminos más cortos hacia sus metas y que no deberían estar invirtiendo tantos esfuerzos para conseguir cada cosa que se proponen;
  • además, se convencen de que existen modos más sencillos de alcanzar sus metas, y que por su falta de inteligencia no son capaces de encontrarlos.

.

Algunas estrategias para afrontar el Síndrome del Impostor

Uno de los mejores ejercicios de para afrontar este Síndrome del Impostor puede ser tomar conciencia de nuestras competencias y de cómo las empleamos para conseguir los retos que se nos han planteado en la vida y se nos plantean.

Tomar conciencia de nuestras competencias no es “hacer una lista de competencias”, de lo que sé hacer y de mis actitudes, es algo más. Hablo de sentir las decisiones que tomé, las acciones que llevé a cabo y las actitudes que envolvieron todas mis acciones hasta llegar a una meta o una posición. Y yo aquí no descartaría ninguna de ellas, me quedaría tanto con las positivas como con las negativas, porque cada una de ellas fueron un paso dado y todas tuvieron su impacto (y terminaron haciendo su contribución) en la consecución de mis logros. Y es que probablemente serán muchas de estas estrategias las que tendré que replicar ahora en contextos diferentes (=esto es inteligencia, esto es aprendizaje).

Apóyate en los demás, cuenta con personas sanas a tu alrededor que sean capaces de darte la perspectiva necesaria sobre tu camino y tu desempeño. No hablo solo de personas que te animen, ni de personas que te estén criticando continuamente, hablo de personas que puedan facilitarte esta toma de conciencia, haciéndote de espejo con sus palabras sobre tus decisiones y acciones.

Verte en las palabras de los demás nos ofrece una perspectiva más amplia (y a veces incluso más realista que la propia). Estas conversaciones además, nos ayudan a verbalizar nuestras emociones y pensamientos, lo que rebaja la intensidad y la carga emocional de lo que vivimos.

Asume el error y la equivocación como algo natural e inherente a la vida. Equivocarse y cometer errores es una de las fases naturales del aprendizaje, y ante contextos nuevos siempre se abre un proceso de aprendizaje nuevo. No eres perfecto, qué vamos a hacerle, y exigirse algo que no se es además de injusto es altamente improductivo.

Por último, forma parte de nuestra madurez personal desarrollar la capacidad de recibir abiertamente los reconocimientos y halagos de los demás de una forma natural, aceptándolos y permitiendo a otras personas valorar positivamente nuestro desempeño y nuestro recorrido. A veces el pudor a que nos feliciten o nos elogien es uno de nuestros mayores saboteadores. Esta es otra de las estrategias que nos pueden ayudar a combatir la “ilusión de impostor”, que quizás en alguna ocasión nos ha atenuado nuestro desempeño y nuestras ambiciones, mermando lo que somos.

.

PD.- …para los que han leído el artículo con una media sonrisa malévola otro día hablamos del efecto Dunning-Kruger, por el que gente incompetente sobrevaloran sus capacidades por encima de lo real.

.

Artículos de interés con respecto al Síndrome del Impostor que han servido de inspiración para esta entrada son:

.

  • Libro: El Síndrome del Impostor de Aida Baida Gil
  • http://paulineroseclance.com/impostor_phenomenon.html
  • “El Síndrome del Impostor” de www.lamenteesmaravillosa.com
  • Síndrome del Impostor de wikipedia
  • 5 patrones de autosabotaje típicos del Síndrome del Impostor
  • Cómo combatir el Síndrome del Impostor

.

.

Procesos y Aprendizaje:

puedes seguirnos

en

FACEBOOK (de una manera diferente)

y

en

TWITTER (compartiendo caracteres)

.

No me siento a la altura (o el Síndrome del Impostor)

0

David Barreda

Más posts de David Barreda

6 comentarios

  • Sofía Responder 7 mayo, 2015 at 2:32 pm

    Impresionante, es la primera vez que leo algo así, el Síndrome del Impostor, no lo conocía pero me siento totalmente identificada en varios momentos o aspectos de mi vida. Me ha resultado super interesante. Gracias!!

    • David Barreda Responder 8 mayo, 2015 at 9:28 am

      Gracias a ti Sofía!!

      Un saludo,

      @davidbarreda_db

  • Susana Responder 7 mayo, 2015 at 2:40 pm

    David!

    No es que haya tenido la sonrisa malévola mientras lo leía, es que los ojos los tenía tan abiertos que creo que mi boca no se haya podido mover por falta de espacio. Cómo puedes leer algo y verte tan reflejado sin tener un espejo delante!!
    Seguiré leyendo sobre el tema porque estoy segura de que puede aportarme muchísimo

    Gracias por tus artículos

    • David Barreda Responder 8 mayo, 2015 at 9:29 am

      Muchas gracias Susana por tus palabras !!!

      …de corazón!!

      😉

      @davidbarreda_db

  • Benito A. de la Morena Carretero Responder 17 mayo, 2015 at 10:55 pm

    Al hilo de este interesantísimo artículo, recuerdo que durante un tiempo estuve relacionado telemáticamente e intercambiando correos con un joven (supongo) cuya única versión de los hechos que comentábamos era la negatividad en grado superlativo. A modo de “ejercicio” práctico y buscando ayudarle, mantuve más de dos meses el vínculo, hasta que fui capaz de asumir que mi ayuda era imposible, pues él se negaba a aceptarla.
    Recuerdo que en su correo ponía “perikito de los palotes@…” lo cual ya era significativo, y ese fue el motivo de mi acercamiento. Como no soy sociólogo, ni psicólogo, no supe ofrecer al individuo soluciones y sentí un cierto fracaso, pero aprendí que solo con buena voluntad no se puede alcanzar las metas.
    Lo que David nos indica es que debes ser tu mismo, conocerte y valorarte sin llegar a la petulancia, aceptar que no eres perfecto pero que tampoco lo haces todo mal, reunirte en buenos y competentes ambientes y ser comunicativo, rechazar la negatividad de tu vida y, aún así, te será difícil conseguir el objetivo, pero seguro que algo más sí habrás avanzado.

    • David Barreda Responder 18 mayo, 2015 at 8:14 am

      …si no se acepta la “ayuda”, será muy complicado que esta surta efectos.

      No obstante Benito, yo te animaría a que no ayudaras a nadie, de hecho, suelo hacer bastante apología de ello, de la NO AYUDA. ¿Mis razones? Aquí te dejo mis 10 razones para no ayudar a nadie:
      http://www.procesosyaprendizaje.es/10-razones-para-no-ayudar-a-nadie/

      Un abrazo!!

      @davidbarreda_db

Deja un comentario

Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a mi Newsletter

ENVIAR
condiciones de uso

Thank you!

We will contact you soon.

Categorías

  • Aprendizaje
  • Charlas
  • Coaching
  • Desarrollo Personal
  • Desarrollo Profesional
  • Docencia y Didáctica
  • Empleo y Emprendimiento
  • Equipos e Inteligencia Colectiva
  • Formación
  • Inteligencia Emocional
  • Marca Personal
  • Miscelánea
  • Procesos
  • Procesos y Aprendizaje

Post más populares

¿Por qué coño no consigo trabajo de lo mío?

Posted on 17 octubre, 2014
01
david barreda orientación profesional marca personal branding equipos

¿Qué momento marcó tu vida profesional?

Posted on 13 noviembre, 2017
02

Buscar trabajo no es buscar ofertas

Posted on 29 enero, 2015
03

Cosas que he aprendido con gente que busca trabajo

Posted on 26 febrero, 2015
04

B.Y.N.M.W.T.S.

Posted on 30 septiembre, 2019
05

Etiquetas

andrés pérez ortega aprendizaje asertividad blog procesos y aprendizaje buscando inspiración coaching competencias comunicación creatividad david barreda desarrollo personal desarrollo profesional efectividad emociones empatía empleo emprendimiento Espacio Knowmads eva collado formación gestión emocional habilidades sociales inteligencia colectiva inteligencia emocional Knowmads liderazgo Marca marca personal metas y objetivos Networking orientación profesional personal branding proactividad procesos procesos y aprendizaje productividad propuesta de valor propósitos proyectos redes sociales toma decisiones toma de conciencia trabajo trabajo en equipo videos

Sígueme en mis redes

Facebook

Youtube

Twitter

Linkedin

Instagram

David Barreda contacto
Aviso legal · Cookies
  • Qué hago
  • Quién soy
  • Blog
  • El Formador 5.0
  • Descargas
  • Contacto
Procesos y Aprendizaje