Hoy día 25 estaré en la Escuela Oficial de Idiomas de Huelva participando de sus jornadas culturales. En concreto, me han solicitado que desarrolle una charla que tendría que titularse “Cómo enfrentase a los exámenes. El miedo escénico”, charla que al final he preferido titular “¿Por qué nos gusta tanto aprobar un examen?”… no sé, me da mejor rollo, voy a respetar el objetivo que me han encargado y creo que refleja mejor las ideas que me gustaría transmitir.
Ya lo he comentado en varias ocasiones, mi especialidad como formador es la formación metodológica, formación de formadores o capacitación docente, como prefieras. Y lo que más me gusta de esta especialidad es que la transformación que se produce en el participante es muy evidente, es explícita, es mágica, es la leche…
…ver el desarrollo que se produce en una persona a lo largo del proceso, desde los primeros pasos titubeantes a la hora de ponerse delante de un grupo (y delante de la cámara), hasta la soltura que va desarrollando conforme avanzan las simulaciones docentes es todo un privilegio. Ver cómo esa persona toma conciencia de su propio proceso, es todo un LUJAZO.
Todo ello en un contexto de evaluación, un tanto artificial (por muy real que lo hagamos), y que permite afrontar una situación de estrés más o menos considerable, según la persona y el momento, y que posibilita entrenar este afrontamiento para situaciones futuras.
Lo curioso es que la mayoría, por no decir todos los casos en los que las personas abordaban una situación de evaluación que implicaba una exposición ‘pública’, la preocupación orbitaba más en afrontar la situación que en la propia competencia que tenían que desarrollar ¿Qué podemos tener en cuenta para afrontar una situación estresante y su respuesta?
.
Una situación estresante
Dice la psicóloga e investigadora Sonia Lupien que la mejor forma de afrontar el estrés es conociéndolo. Me encanta. Efectivamente, solo podemos trabajar lo que conocemos, y solo podremos transformarlo cuando además de conocerlo tomamos conciencia de ello.
Esta autora nos explica que existen cuatro características que hacen una situación estresante (al final del post te voy a dejar un par de vídeos que explican todo esto mejor que yo).
La primera característica es que la situación en cuestión tenga un componente de novedad, bien percibida toda ella como novedosa, bien teniendo esa situación algún aspecto novedoso y significativo para nosotros. Además de la novedad, la impredicibilidad de la situación es el segundo ingrediente que puede generarnos estrés o incrementarlo.
El tercer aspecto es el de la percepción de no control sobre la situación, y en último lugar que dicha situación represente para nosotros algún tipo de amenaza (para nuestra supervivencia, estabilidad, nuestra autoestima, capacidad, reputación, etc.).
No tienen por qué darse todos estos elementos juntos, solo uno de ellos podría generarnos estrés por sí solo, aunque evidentemente, cuantos más concurran en la misma situación más estrés generaremos.
Las cuatro características que pueden hacer una situación estresante son por tanto: la novedad, la impredicibilidad, la percepción de que no tenemos control sobre ella y que represente para nosotros alguna amenaza. Conocer estas características ya nos arroja algunas pistas sobre estrategias a la hora de encarar esta situación y desmontar o minorizar alguno de estos cuatro elementos.
.
La visión que tengamos cada uno
Teniendo en cuenta todo esto, me llama mucho atención cómo nuestra capacidad de actuación sobre estas situaciones tiene mucho que ver con la visión que nosotros mismos tengamos sobre las respuestas con las que nuestro cuerpo reacciona al estrés.
En este sentido, la psicóloga Kelly McGonigal, referencia una serie de estudios en los que se evidencia que es posible aprender a interpretar las señales biológicas de nuestro cuerpo ante una situación de estrés, no como una evidencia de la ansiedad por no saber manejar esa situación (se acelera el pulso, la respiración,..), sino como una forma de prepararnos para afrontar mejor el reto que se nos está presentando (se acelera el pulso para bombear la sangre necesaria para afrontar la situación, se incrementa la respiración para oxigenar mejor al cerebro,…).
Esto es, la clave no está en que experimentes mucho o poco estrés ante una situación, sino en cómo percibes ese estrés, si como algo que te limita y te ahoga, o como algo que te está preparando y activando para afrontar mejor la situación (las evidencias científicas apuntan a lo segundo y son más que sorprendentes, te lo dejo también en otro vídeo al final).
Así, siendo la respuesta de estrés inevitable y siendo inefectivo tratar de librarse de ellas, sí podemos aprender a elegir la respuesta que queramos dar (no es fácil, no es imposible) y diseñar la más útil para nosotros y nuestras circunstancias. En definitiva, no podemos librarnos del estrés, pero sí prepararnos mejor para afrontarlo.
.
La respuesta
Así que por un lado tenemos la perspectiva de conocer la situación que nos causa estrés y sus características, cómo es de novedosa o dónde está la novedad, qué nivel de imprevisibilidad me ofrece y cómo puedo desarrollar mejores estrategias de afrontar la incertidumbre, cómo puedo sustituir la falta de control de la situación por una gestión adecuada de las circunstancias que la componen, y qué tipo de amenaza realmente representa lo que estoy viviendo.
Por otro lado, más allá de la situación, está tomar conciencia de la respuesta que nuestro cuerpo está generando y como esa respuesta nos puede ayudar. Cuestión fundamental en este caso, tal y como dice la profesora McGonigal, es que nuestro cuerpo, con el estrés, genera una hormona, la oxitocina, que nos protege del mismo y que podemos intensificar a través del contacto con los demás, las interacciones positivas, la comunicación de nuestros sentimientos a otras personas o la capacidad de ayudar a otros o dejarnos ayudar (excelentes estrategias a la hora de afrontar una situación ambigua y estresante).
Seguro que has oído hablar de la oxitocina, también conocida como hormona de los abrazos, una hormona que además de hacernos más sociables tiene unos efectos muy saludables para nuestro sistema cardiovascular en cuanto a la regeneración de las células del corazón y como anti-inflamatorio natural.
.
Saber que la ciencia nos está descubriendo que es posible entrenar y elegir la respuesta con la que queramos afrontar el estrés es una gran noticia. Saber que el estrés nos puede hacer más sociables, si gestionamos nuestras respuestas, un necesario recordatorio. Saber que podemos ser proactivos ante una situación estresante… toda una toma de conciencia, liberadora y enriquecedora. No es gratis, no es fácil, no es imposible.
.
Enlace a vídeo de Sonial Lupien -> aquí
Enlace a vídeo de Kelly McGonigal -> aquí
.
—
Procesos y Aprendizaje
puedes seguirnos
en
FACEBOOK (de una manera diferente)
y
en
TWITTER (compartiendo caracteres)
—
Situaciones estresantes
—
Imagen de Unsplash vía pixabay
0
Genial y enriquecedora la charla de David en la EOI de Huelva. Como siempre con él.
¡¡Gracias Angus!!
…ha sido un placer volver a verte por allí.
Un abrazo,
David
Siempre ha pensado que la autoconfianza es fundamental para superar cualquier tipo de prueba lógica a la que someterte, pero no sabía que la oxitocina tuviera tanto protagonismo. Excelente artículo David y seguro que ayudarás a aprobar a esos jóvenes, con tus reflexiones