Hoy jueves día 18 la Escuela de Economía Social me ha invitado a dar una charla con el título “Hablemos de Responsabilidad”, así que si lees esto antes de las diez de la mañana, estás por Huelva y te apetece compartir un buen rato estaremos encantados de recibirte en la sede de la Fundación Cajasol de Huelva.
Una de las cosas más que positivas que tiene mi trabajo es que los días previos al encargo de un servicio son días de estudio y reflexión sobre la materia que tienes que abordar. Da igual que la hayas trabajado en otras ocasiones, siempre cabe una vuelta de tuerca a la hora de refrescar los contenidos.
Preparando la intervención de hoy, sobre Responsabilidad, me ha gustado bastante el viaje que hecho en lo que se re refiere a la conexión de la ‘responsabilidad individual’ con la ‘responsabilidad colectiva’, y en las dificultades y retos que encontramos a la hora de activarla en un contexto como el actual, con el impacto que todo ello tiene en nuestra marca personal (y colectiva).
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Una forma de comunicarnos
Me gusta pensar que la Responsabilidad es una variante dentro de las formas que tenemos para comunicarnos. Esto es, en el ejercicio de la Responsabilidad hay un emisor (la persona o la organización responsable), un mensaje (el objeto de la responsabilidad), un canal (la forma en la que se es responsable), un receptor de esa acción que iniciamos y un retorno o feedback.
El resultado dependerá, como en la comunicación, de la capacidad de ajustar los códigos y los tonos adecuados, y de ser sensibles al retorno que obtengamos.
Además de todo esto, creo que si todos los elementos de la comunicación son importantes, considero que hay uno con una especial relevancia: el CONTEXTO, ese espacio psicológico, físico y temporal en el que se produce el proceso comunicativo y que según sea acabará determinando el significado.
Según el contexto en el que estés, lo que digas o cómo lo digas, tendrá un significado u otro.
Siguiendo la metáfora, si entendemos la Responsabilidad como una manera de comunicarnos, necesariamente debemos de considerar el contexto en el que estamos. Lo contrario sería inefectivo, y a la larga agotador.
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Nuestro contexto actual
Si queremos ser individualmente responsables, para generar organizaciones y proyectos responsables, tendremos que admitir que el contexto actual en el que se produce esa responsabilidad es el de un ‘Mundo Líquido’.
No me voy a parar mucho en esto, pero necesitamos recordarlo. Se dice, basándonos en Bauman, que el contexto actual es un contexto líquido, un mundo V.U.C.A. (volátil, incierto, complejo y ambiguo); en el que la permanencia de las cosas ha sido sustituida por la volatilidad, lo predecible se ha convertido en incierto, lo estructurado en complejo y las certezas en ambigüedades.
De nuestra capacidad para entender y gestionar estas cuatro dimensiones que configuran las características esenciales de nuestro escenario, dependerá nuestra efectividad a la hora de sacarle todo el partido a nuestras competencias y por tanto a nuestros proyectos.
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Yo no quiero ser VUCA
La cuestión es lo peligroso que puede resultar confundirnos con el escenario. Esto es. Una cosa que es que estemos en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo, y otra muy distinta es que te conviertas en una persona volátil, incierta, compleja y ambigua.
Aceptando que en un contexto como el actual participaremos de numerosos proyectos, trabajos, compañeros, colaboradores, jefes, jefas, situaciones, reinvenciones, etc., con toda la riqueza que ello conlleva, corremos el peligro que con tanta reinvención, adaptación y versatilidad terminemos ‘diluyéndonos en ese entorno líquido’.
Está bien ser un azucarillo en aquellos proyectos en los que actuemos, eso significará que estarás dejando parte de tu esencia en ellos y por tanto, compartiendo tu valor añadido responsablemente. Está genial que nuestras competencias se confundan con las de los demás de manera complementaria, porque esa es la base de la sinergia… pero sería dramático que nos terminásemos perdiendo a nosotros mismos y pusiéramos en crisis nuestra identidad.
Un camaleón podrá cambiar de piel tantas veces como crea necesario según su entorno, pero seguirá siendo el mismo camaleón.
Toma conciencia de cuáles son nuestros valores, cómo se traducen esos valores en acciones valiosas (valga la redundancia) y útiles para la diversidad de contextos en los que participemos es esencial para que nuestra identidad crezca en vez de que termine difuminada y entremos en crisis cada vez que se nos acabe una colaboración, un trabajo o cualquier proyecto.
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Cuestión de Responsabilidad
Abordar un proceso de Personal Branding que te permita una toma de conciencia de cuál es tu Marca Personal, esa que caracteriza lo que haces, como lo haces y de qué forma facilitas acciones valiosas para los demás es una cuestión de mantenerte como denominador común de la variedad de experiencias que te esperan en estos tiempos que ‘corren’ (nunca mejor dicho).
La Responsabilidad, entendida como una forma de comunicarnos con el entorno, nos permitirá tener la ‘habilidad de respuesta’ adecuada en el lugar en el que cada momento nos encontremos, para lo que se requiere de una identidad personal y profesional bien definida.
Y es que, por mucha variabilidad que caracterice a tus escenarios, mantenerte consistente en tus modos y maneras aportará seguridad en los demás, y por tanto, generarás confianza (un valor en alza en tiempos de incertidumbre).
…lo mejor de todo pudiera ser que mucha gente ‘responsable’, conscientes de su ‘marca personal’, sensibles a la variabilidad de los escenarios, terminarán repercutiendo en proyectos responsables, proyectos con sensibilidad que repercutirán un valor social más necesario que nunca.
…quieres más razones para que tomes conciencia de cuál es tu Marca Persona y la gestiones, o prefieres dejarte llevar y terminar convirtiéndote en una persona VUCA (volátil, incierta, compleja y ambigua.
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Yo no quiero ser una persona VUCA
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Artículo interesante y novedoso. Una pena no haberme podido acercar hoy a escucharte. Gracias por tus enseñanzas
Gracias Inma!!
Un saludo y ya tendremos más posibilidades de cruzarnos,
David.
Muy interesante la reflexión David, aunque, si me lo permites, diría que a veces da la impresión de que necesitamos “justificar” los conceptos que utilizamos, como si la (¿nueva?) realidad nos exigiera como peaje echar mano de ellos para entenderla.
Así parece un tanto que sucede con la identificación de la responsabilidad con el acto comunicativo, que aún siendo una forma interesante de aproximarse a ella, parece un poco, también, una excusa para sacar a pasear el tan manido concepto de la Marca Personal.
Desde mi modesto punto de vista, la responsabilidad, como bien dices, se sustenta en unos valores (una ética, diría yo), que si se fundan en una reflexión sobre el ser humano, en su dimensión social, sera consciente del contexto en que opera, y su resultado deberia ser la ibre elección de las acciones conducentes a preservar su identidad (¿la Marca?), tratando de generar valor social.
Un saludo.
Buenas Pedro,
Por supuesto que te lo permito, puedes comentar lo que quieras y además, me encanta leerte!!
Gracias por tu punto de vista y tu aportación. La verdad es que orientaba el artículo en la misma dirección de la charla que desarrollé el pasado jueves. Mi objetivo era generar un espacio de reflexión en el que pudiéramos focalizarnos en la repercusión que tienen nuestras acciones en aquellos proyectos en los que participamos y el impacto de esos proyectos en sus respectivos entornos, (responsabilidad, conexión, marca personal)… efectivamente, todo ello sustentado por los valores y la ética que se hacen necesaria para que el impacto sea real y auténtico.
Mil gracias por pasarte y por expresar tu punto de vista. (de verdad que te lo agradezco de corazón).
Un saludo!!
David
Muy interesante esta reflexión sobre la responsabilidad. Es cierto que vivimos en un mundo líquido, incierto. Me gusta destacar de Bauman el miedo liquido. Esa inestabilidad que circula en cada rincón de las calles de cada ciudad. Algo intangible pero tan presente. ¿Qué sucede si nos dejamos llevar por este miedo líquido? Quizás nos volvamos alguien volátil, ambiguo, sonriente ante todo, crítico con nada. Buscando agradar a todo el mundo. Sin esencia, al final, atrapados por el miedo. ¡Gracias por invitarme a la reflexión con tu texto! Un placer pasarme por aquí, como siempre 🙂 Un abrazo.
Hola Francesc!
…me mola el enfoque del ‘miedo líquido’. Ahora has sido tú el que me has abierto el melón de otra reflexión 😉
Un abrazo y ya sabes, aquí tienes tu ‘casa’!!
David
Recuerdo que mi padre me decía que había que usar siempre “Las palabras justas y en el momento oportuno”, por eso al leer a David, me han venido los recuerdos y he pensado, ¡que sabio era mi padre!, pues su consejo me ayudo a ser responsable y adquirir seguridad en mi mimo y ahora compruebo, gracias a David, que llevo años intentado no ser VUCA.
Doy fe, Benito, que no eres una persona VUCA.
Un abrazo,
David