¿Tienes una tendencia irrefrenable a prestar ayuda?¿Eres de esas personas que sienten que han nacido para ayudar?¿Sientes que te sacrificas por los demás de manera inevitable?, déjame presentarte en esta entrada 10 razones para no ayudar a nadie…
_
1. Mermas la capacidad de actuar a la otra persona
…si eres tú quien actúa, reduciendo la capacidad de acción de la persona ayudada; sus competencias no se articulan, y se alimenta el inmovilismo de quien realmente necesita moverse.
_
2. Destruyes la creatividad del otro
…si no dejas espacio para que quien necesita la ayuda busque sus soluciones. Cuando una persona encuentra la solución a un problema, se facilita que en el futuro pueda usar ese aprendizaje ante problemas similares, este ejercicio de creatividad favorecerá la solidez personal para afrontar los retos con que nos encontramos en la vida.
_
3. Decrece la autoestima de la otra persona
…porque descapitalizamos su sensacion de “utilidad”, desdibujamos su autoconcepto y usurpamos su responsabilidad.
_
4. Generas dependencia
…y es una consecuencia de los tres puntos anteriores. Si le atas los cordones a un bebé de un año, y sigues haciendo lo mismo cuando cumple dos, tres, cuatro, cinco, seis… ¿qué terminará ocurriendo?
_
5. Desplazas el centro de atención hacia ti
…el problema y la persona que lo sufre pasan a un segundo plano, dejando más visibilidad al “salvador/a”, en fin, un ejercicio del “ego” que se acaba volviendo contra ti como un boomerang, (resulta bastante triste comprobar como una de las necesidades más recurrentes de los ‘adictos a la ayuda’ es su deseo de contar lo que hacen por los demás).
_
6. A lo mejor no necesita ayuda
…¿lo has preguntado?, quizás la otra persona no necesita ayuda. Prestar ayuda a quien no la necesita nos acaba alejando de esas personas, además de significar que “hemos pensado, y decidido por el otro”.
_
7. Impones tus soluciones
…Maslow tiene para esto una frase excelente: “Quien es bueno con un martillo piensa que todo es un clavo”. Ojo, lo que a ti te pasó, lo que tú viviste o lo que tú sentiste, puede ser parecido a lo que al otro le esté pasando, viviendo o sintiendo… pero jamás será lo mismo.
_
8. Puedes estar excesivamente enfocado en las soluciones
…y lo mismo la solución es lo menos importante, y lo que realmente tiene valor para la persona es su proceso, gestionar su problema en todos los sentidos (emocional, racional y materialmente). Hay problemas que no tienen solución, pero encontrar la mejor gestión para afrontarlos aporta mucha seguridad y una riqueza enorme a la persona, si tratamos de salvarle la papeleta al otro podemos estar privándole de este aprendizaje.
_
9. Puedes acabar complicando más el tema
…y bien sabes que muchas veces las “buenas intenciones” no son las “más efectivas”. Querer ayudar y saber ayudar son dos cosas distintas, y es signo de madurez y sabiduría saber dónde, cómo, cuándo y con qué intensidad intervenir (o no intervenir).
_
10. Puedes caer en el rol del “mártir/sacrificado”
…sí, y esto deberías de mirártelo. Si tu sentido de vida, tu propósito, tus motivos se basan en “sacrificarte por los demás” vas listo/a. En el contexto de las relaciones sociales, toda “relación de ayuda” que implique un sacrificio de una de las partes es inefectiva y no es “inteligentemente emocional” (recuerda que una de las primeras patas de la inteligencia emocional es conocerse+aceptarse+cuidarse, si cumples con esto, estarás en condiciones de darle calidad a los demás, si no, te estás haciendo trampas).
_dd
Estas son mis 10 razones para no ayudar a nadie, que trato de aplicar en mi vida y en mi trabajo, y que me sirven para presentarte…
10 razones para APOYAR a los demás
_
1. Dejas que sea la otra persona la que actúe y pase a la acción
_
2. Fomentas la creatividad y la búsqueda de soluciones en la otra persona
_d
3. Contribuyes a que la otra persona genere autoestima y un autoconcepto saludable de sí mismo/a
_
4. Generas responsabilidad y capacidad de actuar en la otra persona
_
5. Dejas espacio a que la otra persona sea la protagonista de su vida
_
6. Te coloca en una actitud de escucha y apertura al otro
_
7. Aportas recursos a las soluciones propias de la otra persona
_
8. Te enfocas hacia la persona y su proceso (no solo hacia las soluciones)
_
9. Acompañas, no interfieres
_
10. Alimenta tu generosidad y tu desarrollo personal
…y ahora dime ¿Sabrías decir cuál es la diferencia entre AYUDA y APOYO?
FOTO PRINCIPAL DE LA ENTRADA DE TONI PRAT.
3
Nos enseñaron que hay que ayudar a los desvalidos. A las mujeres se nos impuso el rol de cuidadora para que todo estuviera controlado. Y sí, hay que ayudar y cuidar pero siempre que no dañe a nadie, y mucho menos a ti mismo. Gran lección aprendida. Gracias
Gracias a ti Inma!!
Hace tiempo visualice un video que trataba de “motivación” y desde entonces lo aplico en mis conferencias y clases a los jóvenes. Se trata de promover la actitud personal en base a descubrir tus propios valores a través de tu propio autocontrol. Dejar volar la imaginación, no temer a “salir” del nido, arriesgar aunque te caigas, y tantos y tantos conceptos que tienden a conocer tus propias cualidades y como aprovecharlas para ti y para los demás.
Según la región en que vivamos, esa motivación se adquiere con mayor o menor facilidad. Se dice que en los países Nórdicos y algunos Centro Europeos a los jóvenes se les educa dentro de una autodisciplina en la que el concepto de independencia y valoración personal prima, ante el exceso de proteccionismo que impera en los países de la zona mediterránea. Mi experiencia se centra en Andalucía donde el matriarcado aún impera y el “que no toquen a mi niño” es lo habitual. Son cosas de la “tierra”, nuestras costumbres y formas de proceder que hacen más listos e independientes a unos que a otros, lo cual repercute en la faceta genética de la evolución.
Apoyo pues y con la mayor ilusión el contenido del artículo de David, que nos enseña cómo podemos ser más útiles a nosotros mismos y a la sociedad en la que habitamos. Saludos cordiales
Muchas gracias Benito por enriquecer el artículo con tus comentarios, un saludo!!
Buenas David. Cuánto tiempo!!!!!. Pero como ya sabemos que el tiempo es relativo, vuelvo a cruzarme de nuevo para compartir contigo el APRENDIZAJE. Me ha encantado.
Yo me movía en el ayudar, e incluso llegué a creer que sin mi ayuda algunas personas, alumnado, familiares, …. no iban a poder avanzar. Nada más lejos de la realidad. Ahora COLABORO Y ORIENTO en el avance de aquellas personas que desean cambiar sus vidas y me siento fenomenal desde que desapareció la frustración de necesitar ayudar a alguien que no quiere que le ayuden.
Un abrazo muy fuerte.
Buenas Raquel!!
Qué alegría volver a intercambiar aprendizajes contigo… entiendo perfectamente el párrafo que escribes. A buen seguro que tu trabajo y tu labor apoya a muchas personas desde un escaque más sano para ti (y para los demás), va en ti, lo sé… un abrazo muy fuerte!!
😉
Me ha gustado muchísimo este texto, aunque veo que es difícil de llevar a la práctica… en especial con los hijos. Me lo propondré y será también un gran cambio para mí !! Gracias
Ana María…
No es fácil, no es imposible… es entrenable, se puede aprender.
Un abrazo y buen día!
d.
Muy interesante el planteamiento , como así a los comentarios , como dice la canción , Te pareces tanto a mi.
Hace tiempo que no veía un artículo tan ilustrativo.
Muchas Gracias
Leon Rios
Muchas gracias, Leon,
Me alegro que te haya gustado,
Un abrazo!!
d.
La entrada es algo “exagerada”. No es lo mismo no dejar hacer nada a una persona, o echarle un cabo como se lo echan a uno. Por poner un ejemplo práctico, un amigo te ha apoyado en X y tú le apoyas en otra cosa, o “intercambias” cosas con la persona. Si nos volvemos tan individualistas, el mundo seguirá el camino que lleva, porque aunque en Occidente somos afortunados en cuanto a temas materiales, si miramos el global ………… no va muy bien la cosica. Saludos
¡Que interesante!, todo es completamente cierto, necesitaba leer esto, realmente me metí en la vida de alguien más, esa persona se hizo dependiente de mi, le solucione la vida en muchas ocaciones, al final para mi terminó siendo una mal agradecida. Pero incluso así, la culpable si fui yo por querer ser la “buena persona” si se me subió el ego en ocaciones. En verdad siento que hoy aprendo una gran lección y de ahora en adelante prefiero no ayudar a nadie más. Las personas estan donde estan quizá por que lo merecen y uno no tiene por que interferir con el destino de los demás.
Gracias infinitas!