Buscar lo que nos apasiona está sobrevalorado, causa ansiedad y en ocasiones un sentimiento de frustración nocivo para el propio talento.
En el torrente excesivo de información que nos cae encima en los últimos tiempos, implacable y en ocasiones con una dureza despiadada, percibo una serie de mensajes que si bien parecen estimulantes, mal digeridos se convierten en pequeñas espinitas que se nos clavan los pies, y que cuando caminamos nos pichan, nos incomodan la marcha y nos causan bastante malestar.
Uno de esos mensajes orbita sobre el principio de que tienes que buscar, encontrar, desarrollar y/o dedicarte a aquello que te apasiona. Porque parece ser que lo que nos apasiona nos pone redbullianos, vamos que nos da alas y nos comemos lo que se nos ponga por delante ¡Olé!
En definitiva, que si no encuentras lo que te apasiona, no ‘te pone’ lo que tienes entre manos [<- metáfora], o no te estás desarrollando personal+profesionalmente… eres un pringaillo que está echando su vida a perder en esta “nueva era” nacida de una crisis en la que hemos aprendido que lo importante son los valores, las personas, y que desde ahora todo va a cambiar, de verdad, de verdad… [<- modo irónico]… dicho de otra manera, o parece que te “ENAMORAS y encuentras TU VOCACIÓN” o estás fracasando.
…aunque bueno, como este mundo es como es y nos deja amplio margen para el postureo, tienes mogollón de canales para parecer que estás en la onda del “estoy buscando mi camino/soy una persona positiva/haz lo que te apasiona/saliendo de mi zona de confort”, aunque luego no disfrutes un pimiento de tus rutinas y tus tareas.
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Tienes derecho a buscar lo que te gusta, pero sin morir en el intento
A ver, que sí, que por supuesto que tienes derecho a buscar lo que te apasiona, tienes derecho a ello y a veces es casi un compromiso con tu propio talento.
Lo que no es justo es que mueras en el intento, que te desgastes en una búsqueda desquiciada de lo que conforma tu vocación, que sientas fracaso cuando aceptas trabajos y proyectos que te sirven (nada más y nada menos que) para ganarte la vida y seguir caminando, aunque se parezcan poco a lo que realmente deseas.
Sabéis, la razón por la que escribo este post no es otra que el haberme encontrado en los últimos meses con bastantes personas que si bien consiguen generar oportunidades que les facilitan la vida, aún así, sienten un tremendo fracaso vital que los va sumiendo en un estancamiento paralizante y en una rendición interna ante el reto de seguir buscando aquello que las haga sentir personas vivas y activas. Es como si estuvieran muriendo mientras consiguen subsistir.
…no es fácil, no es fácil aceptar trabajos que te permitan sobrevivir y al mismo tiempo tratar de seguir buscando aquello que te apasiona. Lo sé, lo vivo personalmente, lo sufro en mis propias carnes, pero joder, no aceptar aquellos trabajos que nos permiten generar ingresos cuando necesitas esos ingresos no es una forma muy efectiva de afrontar tu propia supervivencia… al mismo tiempo que resignarse a lo que te va saliendo dándole la espalda a aquello en lo que te gustaría convertirte es una forma de empezar a morir… pero este es EL RETO: encontrar la manera de conciliar mi subsistencia con la búsqueda y anidamiento en aquello que me apasiona…
Personalmente me niego a caer en el dilema de tener que elegir entre “buscar lo que me gusta y me apasiona” o “conformarme con lo que me genera ingresos” como si de una elección excluyente se tratase. Paso, no quiero. Aunque haya momentos en los que me fallen las fuerzas, pero no. Una cosa es aceptar la realidad, y otra conformarse. Es duro, pero paso, mientras me quede una gota de energía seguiré buscando la manera de hacer real esa conciliación.
Y reconozco que probablemente el mayor enemigo que tengamos para alcanzar este reto sea una especie de pereza interna que no nos permite optimizar nuestros recursos personales y nuestro tiempo, que a falta de dinero, es lo que bien podemos invertir para conseguir aquello que deseamos.
No es gratis, y es posible que te acaben saliendo agujetas hasta en las pestañas si te tomas tu deseo de superación en serio.
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Algo que me desarrolle personal y profesionalmente
Y es que cuando lo que buscas es algo que te haga crecer personalmente, algo que te desarrolle profesionalmente… ay…
¿Qué puñetas es encontrar algo que te haga crecer personalmente?… os juro que yo llevo toda mi vida profesional probando e indagando sobre mis competencias y no he conseguido superar el 1’66 que mi naturaleza me otorgó. Y que conste que me mido cada vez que me encargan un proyecto que me fascina o cada vez que termino algún trabajo, no vaya a ser que haya encontrado el estímulo de mi crecimiento y se me vaya a pasar por ‘alto’…
…venga, ahora en serio, a qué llamas ‘crecer personalmente’ con un proyecto o con un trabajo, cuándo vas a saber que ese proyecto te ha hecho crecer, cómo puedes intuir qué tipo de trabajos te pueden generar esas sensaciones, qué tipo de desarrollo profesional es el que esperas… y no valen generalidades… decir que buscas algo que te evolucione personal y profesionalmente es tan ambiguo como decir que quieres ser una buena persona, o que te gustaría perder peso… vamos, que hasta que no sepas cuánto quieres perder, en qué tiempo y si es alcanzable esa meta solo estarás viviendo en el país de tus pajas mentales… y es que esta ambigüedad es a veces más peligrosa y tiene peores efectos secundarios que la aparente escasez y virulencia del mercado laboral.
O pones bien clarita la dirección en el sobre, o tus deseos no van a llegar a ningún destino.
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La clave está en el propósito
Buscar lo que nos apasiona y nos enamora está sobrevalorado y en algunos casos nos propone un enfoque que coloca nuestros sueños a la altura de los ‘mitos’, y eso es una putada.
Es verdad, y me lo creo al 100%, que la pasión es como una palanca, hace las cosas más fáciles y permite levantar proyectos al mismo tiempo que nos nutre y nos enriquece.
Eso sí, si la pasión funciona como una palanca necesita de un apoyo, porque una palanca sin apoyo no va a funcionar, y el apoyo de tu palanca eres tú: lo que sabes hacer, la utilidad de lo que haces, el para qué sirve lo que haces, el conocer en qué lugares se necesita todo eso, y lo más importante, tu manera de hacer que será lo que aporte valor y deje tu marca personal en esas acciones.
…y por último ¿Qué quieres levantar con esa palanca que se apoya en ti?… porque una palanca sin utilidad es una palanca que no tiene sentido, ¿Qué razón de ser tendría tu palanca (tu pasión)? ¿Cuál sería su propósito? ¿Qué tipo de proyectos quieres elevar? ¿Para qué quieres tener una palanca?… y no respondas: “para desarrollarme personal y profesionalmente” porque entrarás en un círculo vicioso y ya hemos comentado que ese tipo de ambigüedades no valen.
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En definitiva..
Quizás, antes de buscar tu pasión deberías conocer bien dónde quieres apoyarla: conocerte mejor y conocer qué es lo que sabes, puedes y quieres hacer.
Luego, más tarde, una vez que hayas tomado conciencia de tus competencias quizás deberías preguntarte PARA QUÉ QUIERES USARLAS. Es posible que entonces, teniendo más claras estas dos cuestiones tu pasión comience a definirse y esos retos y proyectos dejarán de ser nebulosas de deseos y ansiedades, para convertirse en oportunidades y realidades tangibles.
…eso sí, el camino será más complicado aún si no vivimos esta búsqueda y nuestra supervivencia de una forma emocionalmente sana. Si nos desgastamos en el camino, alimentando nuestra insatisfacción con nuestras propias quejas y dándole insustancialidad a nuestro presente, difícilmente aguantaremos esta carrera de fondo hacia lo que puede generarnos la pasión que tanto ansiamos…
…y es que posiblemente haya muchos momentos en los que olvidemos que el lugar en el que estamos es solo un medio, no un fin.
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Ahora búscate unos cascos, enchúfalos donde estés leyendo esto, sube bien el volumen, cierra los ojos y disfruta de estos versos, que cantados y en inglés suenan mejor….
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Corriente continua, las ideas llegan como mariposas.
Él no lo sabe, por eso las espanta.
Algún día, el comenzará su vida de nuevo.
Nueva vida, nueva vida.
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Hacía rato que no leía un artículo que me llegara tan adentro… tal vez, por esas “casualidades” de la vida, esto me llegó en un momento que lo necesitaba y que, además, me identifica en mi manera de pensar el cambio. El cambio es un fluir paulatino y no un quiebre repentino como muchas veces creemos.
Gracias por tu comentario Juan Manuel, me alegro de verdad que puedas sacarle utilidad al artículo. Compartimos enfoque, un saludo y gracias de nuevo por dejar tu comentario.
David
Te felicito por éste artículo, en mi caso me llega con 7 meses de retraso pero de verdad me hace ver que no estoy equivocado en mis planteamientos. Te invito a seguir escribiendo porque lo que haces es muy motivador (“te da alas”).
Muchas Gracias Alejandro,
…a mi lo que “me da alas” son comentarios como el tuyo, feliz de compartir contigo.
Un saludo,
David Barreda