Cada día estoy más convencido de lo importante que es trabajar en red, saber trabajar en red, saber cuidar tu red, y por supuesto saber generar una red.
En una época en la que parece que existe una tendencia a potenciar lo individual, como elemento diferenciador de la propuesta de valor, en la que el ‘trabajador del conocimiento’ (ahora knowmad) es alguien tipo del ‘tengo todo lo necesario para sobrevivir en mi mochila’, es conveniente no perder la perspectiva y considerar que ni vivimos solos, ni podemos generar los recursos necesarios para vivir de en solitario… entre otras cosas porque como mínimo debe haber alguien más que te compre lo que vendas o hagas, además de que tú ni puedes llegar a todos lados, ni tienes el don de la ubicuidad.
Si bien es cierto que entre las características del trabajador del futuro (o del presente) están precisamente su capacidad de establecer relaciones y conexiones, saber conjugar sus competencias personales y profesionales en relación con los demás, y TOMAR CONCIENCIA que detrás de cada conexión (por muy virtual que sea) siempre hay una persona…
…a veces, entre tanta ‘marca personal’ (cuando se malinterpreta), tanto ‘knowmadismo’ (cuando se lleva a su extremo), y tanta ‘precaridad’ (real o percibida)… se puede generar un cierto aroma a ‘sálvate a ti mismo’… un aroma que a veces se reviste de muy buen rollo, todo muy googleliano, muy colaborativo y tal, pero basado en un potente individualismo…
…un individualismo que paradójicamente necesita de una conexión constante con los demás, un modo de individualismo que a veces no permite que la ‘confianza’ termine de cristalizar, y no cristalizándose la confianza no hay red que valga.
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Conocer nuestra red para gestionarla
Solo podemos trabajar y desarrollar lo que conocemos. Conocer algo es el paso previo y necesario para gestionarlo. Eso sí, no solo de ‘conocimiento’ vive el hombre, así que tras el conocimiento de las cosas, toca elegir y determinar las acciones u omisiones que entendemos más adecuadas a cada caso.
Solo cuando somos conscientes de la variedad y de la cantidad de relaciones en las que participamos, considerando las características de las mismas, lo que damos en ellas y lo que recibimos… solo entonces podremos abordar, con ciertas garantías, alguna estrategia que me permita o bien consolidar mi red, o modificarla, o desarrollarla en un sentido u otro.
Hace unos meses, mi compañero Sergio Arranz, en un fantástico y muy práctico post titulado “La fuerza de los vínculos débiles: redes y empleabilidad”, ya nos explicó las claves para crear y visualizar un mapa de red.
Con esta sencilla estrategia que Sergio nos proponía, podíamos ponerle nombre, caras y posicionar a las personas que integran nuestra red social, nuestra red de contactos, apreciar cuáles eran los nodos más importantes y significativos, y darnos cuenta de los huecos que podrían aparecer.
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¿Qué significa para mí mi red social?
Ahora bien, una vez que tengo dibujada mi red… ¿cómo puedo gestionarla?
Richar Boyatzis, en el ‘Manual de uso del Líder Emocional’ (Ed. Deusto), una vez dibujada la red social de cada uno, nos propone una serie de preguntas que implican considerar precisamente ‘qué significado tiene para mí mi red social’. Vamos a tomar como referencias estas preguntas para elaborar un ejercicio bien chulo.
[Te advierto que este ejercicio me encanta; y funciona tanto si lo haces para ti, personalmente, como si trabajas con grupos y equipos y les propones estas preguntas. En un caso u otro la estrategia es perfectamente válida, y ten por seguro que si se hace bien aportará una perspectiva muy enriquecedora sobre nuestras redes y nuestras relaciones]
El autor que referenciamos nos propone que observemos nuestras ‘reacciones emocionales’ a la hora de ponernos delante de nuestra red, esa que previamente hemos dibujado literalmente y hemos configurado con los nombre y las caras de las personas con las que nos relacionamos.
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- ¿Qué sentimos cuando vemos a esas personas ahí reflejadas?
- ¿Qué pautas observo?
- ¿Qué denominadores comunes puedo detectar en mis relaciones? ¿…y en mi manera de relacionarme? [toma perspectiva y obsérvate, es un flipe]
- ¿Qué relaciones son armoniosas? ¿Cuáles son más estresantes? [venga, atrévete] ¿Qué ocurre en aquellas relaciones que te hacen gastar energías, qué haces en esos casos, reaccionas o respondes,…? [obsérvate]
- ¿Qué relaciones te dan buen rollo, cuáles te dan energía? ¿Cuáles te la absorben?
- ¿Qué relaciones podrían darte perspectiva sobre las cosas? ¿Cuáles te podrían dar una retroalimentación valiosa sobre ti, sobre cómo te ven,…?
- ¿Tenemos algún asunto pendiente con alguien? ¿Qué ocurriría si lo cerramos?
- ¿Cuáles son las tres relaciones que más requieren de nuestra atención?
- Venga, seguimos… ¿Cuáles son mis puntos fuertes a la hora de relacionarme? ¿…y los puntos fuertes de mi red? ¿Y los puntos débiles?
- ¿Para quién eres importante? ¿Qué puedes hacer por esas personas?
- ¿Qué puedes aportar tú a tu red?
- ¿Hacia dónde harías crecer tu red social?
- ¿Qué vas a hacer con toda esta información?
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Tomar la iniciativa
…esto tiene que ver con la última pregunta que te acabo de escribir, ¿Qué vas a hacer con toda esta información?, ¿Cómo puedes tomar la iniciativa y en qué sentido?
En definitiva, de lo que se trata es de tomar conciencia de quiénes integran nuestra vida, con quien la compartimos, de qué manera las personas y las relaciones han representado y representan papeles significativos en nuestra vida personal y profesional; y también, para quiénes somos importantes y qué papel desempeñamos en la vida de los demás.
Así, después de esta toma de conciencia, podremos considerar cuáles son nuestras competencias a la hora de relacionarnos, cómo podemos hacerlas crecer, por dónde se nos van las fuerzas y por dónde generamos energías… para enriquecer, reactivar, reavivar, capitalizar las relaciones que ya tenemos establecidas… y por qué no, hacer crecer nuestra red con gente nueva, que le de valor y la refresque.
Entre saber que necesitamos a los demás y relacionarnos adecuadamente hay un trecho. Entre saber que trabajar en red es una competencia básica y saber hacerlo, hay otro. A veces no es fácil, pero no es imposible. Y lo mejor, es entrenable.
Remember: Solo no puedes, con amigos sí.
😉
[Hoy no hay canción, y es que he encontrado este vídeo que además de traerme a la memoria un buen puñado de recuerdos viene clavadito para el post]
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Imagen de sarajuggernaut vía Pixabay
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