#citaciega

“…llamaba la atención

pero nadie le hacia caso…”

 ‘El misterio del Cola-Cao’, de Fátima M. Roldán

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Diferenciarse ya no funciona

Normalmente suelo compartir mi enfoque de las cosas en este blog. Cuando tengo una idea, la maduro y en algún caso la pruebo, es en este sitio donde dejo la reflexión en forma de post. Ya he dicho en más de una ocasión que un Blog, en definitiva, es uno de los mejores cuadernos de notas que puedes tener.

Bueno, pues esta semana me he saltado este modo de proceder. El martes tuve la suerte de estar en Avilés dando una charla sobre “Estrategias de comunicación para el Empleo”, y en esta charla quise compartir por primera vez algunas de las reflexiones que últimamente me resuenan con más intensidad… y que intuyo marcarán mi discurso en los siguientes pasos.

Una de las reflexiones que compartí fue la de que diferenciarse no funciona, o está resultando una estrategia inefectiva de posicionamiento de una Marca Personal. Soy consciente de que pensando así me aparto del discurso clásico de Marca Personal, que tiene uno de sus ejes en el “o me distinto o me extingo” …

…pero sinceramente, creo que ha llegado la hora de dejar de focalizarnos en las diferencias… para focalizarnos precisamente en todo lo contrario, en las semejanzas.

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¿Por qué no funciona?

Todos somos conscientes de que vivimos en un mundo cargado de estímulos, la información está por todas partes, a todas horas, fluye de manera incesante e inagotable.

En el plano profesional, o en un proceso de gestión consciente de tu Marca Personal, tu propuesta de valor (eso que hará que otras personas se inclinen por ti y te elijan como opción preferente) no es más que una información más en el océano de propuestas… un estímulo más que compite inevitablemente con otros, muchos de ellos similares al tuyo. En este sentido, la respuesta ha sido: diferénciate.

Pero esta ‘estrategia de la diferenciación’, si bien puede funcionarles perfectamente a algunas personas, en muchos casos está originando tres consecuencias:

Primero, bloqueos, esto es, se llega a asumir que ante tal cantidad de profesionales similares hay que diferenciarse… sin saber cómo puñetas hacerlo. Esto agota a mucha gente que cae en la trampa de creer que si no te diferencias vas mal para que te encuentren… es como caer en un dilema sin solución, o en un tratar de ‘inventar la rueda’ sabiendo que ya está inventada.

Segundo, extravagancias. Muchas. Demasiadas. En algún hay personas que llegan a presentarse de tal forma que no hay manera de saber a qué se dedica. En otros casos, la gente en vez de presentarse parece que está recitando un verso o algo así. Y en los casos más dramáticos, hay quienes está haciendo un buen puñado de cagadas para llamar la atención en nombre de la Marca Personal (sin caer en la cuenta de que “llamar la atención” no es igual que “captar la atención”, lo primero es fugaz y vacío, lo segundo mantiene un canal para que se pueda desarrollar un intercambio de ideas).

Tercero, dispersión. Muchas personas se dispersan de su objetivo, que ya no es encontrar un empleo, cambiar de trabajo, mejorar su posición en su empresa, encontrar clientes, …, ahora es mantener la diferenciación, hacerla patente en medios sociales, etc., nada que ver con generar valor. Se confunde el medio con el fin, y cuando se olvida el fin y se vive en el medio… caca.

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Todos somos distintos

A ver, seamos prácticos y realistas, partamos del hecho de que no hay dos personas iguales en el mundo. Esto quiere decir que ya somos distintos por naturaleza. Repito: las personas somos distintas, unas de otras.

Puede ser peligrosamente redundante tratar de diferenciarse cuando ya somos diferentes, porque terminaremos muy cerca de marcar en exceso algunos de nuestros rasgos, y caer en una mala caricatura de nosotros mismos.

También puede ocurrir que nos empeñemos en rebuscarnos alguna rareza e injertarlas en alguna de nuestras competencias, a ver si así sale algo. No sé, la verdad… no lo veo del todo efectivo…

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Lo que marca la diferencia

No marca la diferencia que seas distinto, porque distinto ya eres.

Lo que marca la diferencia es tu manera de hacer las cosas, básicamente porque tu manera de hacer las cosas es el único medio que tienes para hacer visible eso que te distingue de los demás, y que ya tienes incorporado de serie.

…pero ojo, cuando me refiero a ‘tu manera de hacer las cosas’, me refiero a HACERLAS… porque ya puedes tener tal o cual manera de hacer las cosas, que si no las haces lo único que estarás marcando será tu inacción y tu invisibilidad.

…y ojo, será definitiva la manera que tengas de poner empeño en lo que hagas, tu forma de hacer real el esfuerzo y el interés sobre las cosas y, sobre todo, de sostener tu acción en el tiempo.

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Es tiempo de buscar las semejanzas

En última instancia, nuestro objetivo es conectar. Ojo, conectar, no contactar. Sea como sea es nuestro fin último… conectar para que podamos establecer relaciones en las que puedan generarse sinergias, colaboraciones, intercambios de ideas, de servicios, de oportunidades, de conocimientos, etc.

…y las semejanzas, sin duda, conectan mucho más que las diferencias. Nos gusta asociarnos, relacionarnos, pasar tiempo… con gente con la que compartimos puntos de similitud, con gente con la que sentimos afinidad, con la que compartimos alguna semejanza. Esto es un valor.

Focalizarnos en los denominadores comunes que podamos tener con otras personas, es lo mismo que focalizarnos en encontrar la vía para establecer un proceso de comunicación efectivo… cuando nos percibimos semejantes es más fácil la conexión…

…luego, conectados, deja que las diferencias surjan para descubrir las que nos complementan… ahí estará la oportunidad para ambos… esto te resultará más fácil cuanto más claro tengas: quién eres, cuál es tu propuesta de valor, los puntos clave de la misma y la mejor manera de expresarla.

Es tiempo de buscar semejanzas. De conectar. De hecho, creo que lo necesitamos… como personas y como profesionales.

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