Escasitos de energía
Puede resultar raro que tras Semana Santa uno arranque con un post que se titula “escasitos de energía”. Y es que, habrá quien haya descansado y tenido vacaciones. E incluso habrá quien venga con las pilas recargadas. Aunque para mí, lo de recargar las pilas en vacaciones es un mito.
Personalmente, creo que las pilas se recargan cuando uno hace algo en un momento determinado que “le pone”, sea un asunto personal, familiar, social, profesional o de la naturaleza que sea… esté en vacaciones o no. Mihaly Csikszentmihalyi, que es mucho más estudiado que un servidor, habla en estos casos de experiencia óptima. A mí me resulta más fácil decir que “algo me pone o no me pone”, pero yo no tengo un apellido tan chulo como Csikszentmihalyi ni me parezco a Papá Noel como él.
Lo cierto es que en estos meses está siendo habitual participar de conversaciones en las que de una forma u otra se habla de lo agotados que estamos. Yo el primero. Y eso que estoy ahora en uno de los momentos más chulos de mi carrera profesional con el lanzamiento de El Formador 5.0, pero ya te digo, lo cortés no quita lo valiente.
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La cuestión es que llevamos mucho soportado en el último año, y más allá del estado de ánimo que tengamos (positivo o negativo, o ambos según el momento) es fácil coincidir con quien te expresa que anda ‘cansado o escasito de energía’.
…ser consciente de esto es el primer paso para tratar de hacer algo al respecto.
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Sostenibilidad
Durante estos años atrás y justo en los meses a. de C. (antes de la Covid), he hablado mucho en este blog y fuera de él, del concepto de sostenibilidad aplicado al desarrollo personal y profesional.
Es algo que con los años veía cada vez más necesario participando de un sistema capaz de devorar todas las horas que eches trabajando o buscando trabajo, todas las inversiones que hagas, todas las ideas que tengas, todas las iniciativas que se te ocurran… y nunca es suficiente… siempre se podría haber hecho algo más…
El sistema profesional del que participamos siempre está hambriento. Es un pozo sin fondo capaz de tragarse todo tu talento y pedirte más (porque lo vales, porque puedes, si quieres). Además, te hace creer que tú eres el dueño de tu destino… sin considerar tu contexto, donde has nacido, donde te has educado… vamos, como si todas las personas fuésemos iguales o partiésemos de la misma línea de salida. Una falacia que muchos de los que escribimos sobre desarrollo personal/profesional nos hemos encargado de alimentar de una forma u otra, pregonando la filosofía de “si no triunfas es porque no te lo curras”.
Así, me parecía (y me parece) cada vez más necesaria meter la variable de la sostenibilidad, como la capacidad de activar, mantener y desarrollar nuestras capacidades sin agotar nuestros recursos personales y profesionales. Esto es, sin descapitalizarnos emocionalmente, sin quemarnos, sin vaciarnos, sin enfermarnos… porque estamos en un contexto vampírico, en el que como dice Byung-Chul Han “ahora uno se explota así mismo y cree que está realizándose”.
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Eficiencia necesaria
Ahora, más que nunca, necesitamos ser eficientes con nuestros propios recursos. Es una cuestión de salud. Necesitamos cuidarnos para cuidar, cuidarnos para dar lo mejor, y dar lo mejor para contribuir a que las cosas funcionen.
Necesitamos optimizar las fuerzas que nos queden y al mismo tiempo no agotarlas.
Necesitamos ser sostenibles con nuestros propios recursos. No contaminarlos, cuidarlos y saber en qué merece la pena invertirlos.
Incluso identificar qué es aquello que nos aporta equilibrio, bienestar y está a nuestro alcance.
Es una cuestión de salud, contribución y responsabilidad.
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Cosas que se me ocurren
La movida de por qué estoy escribiendo todo esto es porque ayer pensaba en todos los frentes que tengo abiertos, el contexto en el que vivimos y los retos que me esperan. Y pensaba que después de este pandémico año, tenía que encontrar la manera de ser eficiente con mis recursos. Quiero hacer cosas, no estamos en el mejor contexto, no quiero quemarme, quiero estar despierto a oportunidades, quiero tener una vida personal y profesional saludable.
Así, se me ocurrían cinco cosas que quizás me podrían ayudar a tener una gestión competencial más saludable.
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Primero: calibrar bien los compromisos que asumo. Esto es, ser consciente de a qué me estoy comprometiendo realmente cuando acepto un compromiso (sea conmigo mismo o con los demás). La diferencia entre que un compromiso se convierta en algo que te capitalice o algo que te ahogue está sencillamente la capacidad REAL que tengamos de responder precisamente a ese compromiso. Obvio, ¿verdad?, entonces, ¿por qué a veces decimos que sí a cosas que sabemos que tendrán un coste excesivo que a veces no nos podemos permitir?
Está claro que en estos meses necesitaré perspectiva (sobre mi agenda y mis recursos disponibles) y asertividad para decir que sí o que no sin sentirme mal por ello.
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Segundo: saber a qué cosas no voy a llegar, aceptar que no voy a llegar a todo. Esto lo aprendí de José Miguel Bolívar y es algo que resulta altamente liberador. Reconozco que en todo esto la metodología GTD me está ayudando bastante. Y es que, “en un mundo en el que hay más cosas que hacer que tiempo para hacerlas” no solo se trata de tener el foco en lo que “tengo/quiero hacer” sino también en lo que de forma consciente elijo “no hacer”, porque sé que ciertamente no voy a llegar.
Vivir en la fantasía de que podemos tachar todas los elementos de nuestra lista de cosas pendientes de puede ser altamente estresante. Ser conscientes de que no vamos a llegar a todo te abre la opción de ser tú quien elijas a qué no vas a llegar, lo que te da cierta percepción de control.
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Tercero: pasar de gestionar el tiempo a gestionar mi atención. Más GTD. La atención es un recurso escaso y valioso hoy en día. A veces la vendemos barata y luego pensamos que es el tiempo lo que no gestionamos bien. Una forma sostenible de gestionar mis competencias es cuidando mi atención y acomodándola a lo que tenga entre manos. Menos gestión del tiempo, más cuidado de la atención.
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Cuarto: identificar hábitos. Los hábitos son un automatismo, lo que quiere decir que optimizan atención y energía sobre una conducta determinada que hacemos ‘sin pensar’ y sin esfuerzo aparente… esto es algo que le encanta a nuestro cerebro, ya que activa el piloto automático y casi no tiene que gastar gasolina… el problema es que el muy cabroncete se engancha a esa ‘pereza cerebral’ sin distinguir los hábitos buenos de los malos y a veces nos vemos enredados en conductas recurrentes que nos hacen perder cantidades ingentes de tiempo. Así… no está mal despertar la consciencia sobre los hábitos que tengo incorporados que me suman y los que me restan. Con eso es suficiente y ganaremos capacidad de respuesta para mantener algunas conductas o salir de otras.
Te podría hablar de incorporar nuevos hábitos o cambiar los que nos hacen mal, pero no en este post, ya que incorporar o cambiar hábitos requiere de una inversión de energía y recursos importantes… y en este post, hablamos precisamente de evitar excesivos gastos y optimizar los esfuerzos que nos quedan.
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Quinto: no esperar a estar motivado para hacer las cosas que tengo que hacer. Hay dos tipos de personas, los que esperan a estar motivados para hacer las cosas y los que hacen las cosas y luego… lo mismo se motivan o no, quien sabe, pero ya tienen hecho lo que sea. Y es que una cosa es no exigirse demasiado y otra acomodarse, que del acomodarse al conformarse no hay nada. Y conformarse es una dulce y aburrida forma de morirse en vida. Como dice Alfonso Alcántara “no esperes a saber quién eres para actuar, actúa para saber qué quieres” (y quién eres, añadiría yo).
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Bueno, pues eso… intuyo que seguiremos en meses complejos y difíciles en los que necesitaremos más que nunca desarrollar nuestras competencias de forma sostenible y saludable.
…y ya sabes, cuídate mucho, no hagas el mal, pórtate bien.
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Photo by Danilo Alvesd on Unsplash
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Gran tema este del desgaste profesional, personal y emocional y la necesidad de gestionarlo adecuadamente. Alguna conversación hemos tenido sobre el tema. Gracias por plantearnos tu enfoque.
…a ti, Aurora, por estar y darle al coco!
d.
Tomamos nota. En estos tiempos que corren es fundamental saber afrontar la gestión eficiente de esa energía. Me parecen muy interesantes tus puntos y el enfoque que te has propuesto aplicar. Siempre debe ir acompañada de un adecuado mantenimiento de la máquina. Además del desarrollo personal y social, la Alimentación, el descanso y el ejercicio fisico nos ayuda a afrontar los retos y a mantener el nivel.
Cuando alguien en desempleo llega, esas son las recomendaciones que le doy como base para desarrollar todos esos retos que se le presenten por delante.
Pero vamos, que tú vas con una central hidroeléctrica en el bolsillo….
Gracias por el comentario, Diego,
…pues conecto con todo lo que comentas, bien lo sabes, partiendo por lo básico: los hábitos saludables que nos mantienen a punto para los retos.
…y no te crea, no voy con una central hidroeléctrica, ajjajaaj… mucho tengo que cuidarme!!
d.
No sabes el bien que me hace en este momento este post David. Gracias por volver a escribir… que ser convierta en un hábito saludable para ti ya que para nosotros/as que te leemos lo es. Un saludo y gracias.
…gracias a ti, Patricia, por estar.
Un abrazo y seguimos!
d.