…digo en Instagram, pero podría de decir en Facebook, Twitter, etc… lo que pasa es que en Instagram es como más evidente, más claro. Mucha gente lleva una vida muy ‘rara’ en Instagram…
Que las Redes Sociales han llegado a nuestra vida no es ningún descubrimiento. Que están modelando nuestra manera de comunicar, tampoco. Que la manera de gestionar nuestras redes nos acaba radiografiando en un sentido u otro, pues tampoco es nada nuevo… de hecho, no creo que te vaya a decir nada que no sepas en este post…
Aún así, en mi corta vida virtual no dejan de sorprenderme algunas cosas. Quizás sea normal, ‘virtualmente’ tengo poco más de tres añitos, así que todavía estoy en mi ‘primera infancia’… esa etapa llena de descubrimientos, ensayos y errores, de curiosidad, y de no terminar de entender muy bien ‘el mundo de los mayores’…
…convencido de que “somos lo que decimos y CÓMO LO DECIMOS“ (pesando más lo segundo que lo primero), me resulta fascinante observar cómo comunicamos en las RRSS, y como las formas de decir, hacer, posar y estar, condicionan el mensaje de lo que somos.
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Es imposible no comunicar
El teórico de la comunicación Paul Watzlawick, en su teoría de la comunicación humana estableció una serie de axiomas que pueden resultar interesantes observarlos desde el prisma de las redes sociales.
Watzlawick dice que en comunicación es imposible no comunicar. Esto es, siempre se está lanzando un mensaje. Por mucho que no quieras comunicar nada, será precisamente eso lo que estés comunicando: “no quiero comunicar”, y eso, ya es algo. Así, tu presencia o ausencia en las Redes, tu actividad o inactividad en las RRSS ya es una forma de lanzar un primer mensaje a tu audiencia (por cierto, una audiencia siempre indeterminada por mucho que tú creas que tienes ‘controlado’ quiénes pertenecen a tu red). Siempre estamos comunicando.
Otro de los axiomas de Watzlawick dice que toda comunicación tiene un nivel de contenido y otro de relación, siendo éste último el que condiciona al primero. Dicho de otra manera, además de lo que se dice, importa más quién lo dice. En fin, que si yo pongo una chorrada en twitter, con un poco de suerte pasa inadvertida o me toman por un idiota; pero si esa misma chorrada la pone Risto Mejide, lo mismo acaba siendo tendencia. Primero se tiene en cuenta ‘quién lo dice’ y luego ‘qué se dice’.
Y el tercer axioma que me gustaría resaltar en este sentido (hay más), es el que establece que en comunicación hay dos niveles, uno verbal y otro no verbal. Así, en la relación de comunicación las palabras pueden significar una cosa u otra en función al contexto no verbal que el emisor elabore. Esto es, los gestos, el tono de voz, las formas y las maneras terminan dando un significado u otro al mensaje.
En definitiva: siempre estamos comunicando, quién lo dice condiciona el qué se dice y la parte no verbal del proceso determina el significado… incluso en nuestra presencia e interacciones virtuales.
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Nada es por casualidad
Considerando todo lo anterior y considerando que siempre hay un ‘para qué’, incluso a la hora de comunicar, me resulta interesante descubrirme y descubrir a los demás a través de lo que comunican y cómo lo comunican en las Redes Sociales.
Nada es por casualidad, y mucho menos en una actividad como la de colgar/comunicar algo en las Redes Sociales… tú no le das a publicar ‘sin querer’, o es absurdo pensar que ‘se me ha escapado un tweet’…, ya que esta actividad es consciente por naturaleza: tienes que coger un aparato, abrir una aplicación, escribir algo, darle a publicar… demasiadas cosas como para suponer que es algo ‘automático’ e ‘incontrolado’… tiempo tienes de enfriarte desde lo piensas hasta que lo dices (o lo cuelgas).
Otra cosa distinta es que seamos más o menos conscientes del motivo por el que estamos comunicando algo y de hasta qué punto los demás nos ven las intenciones. Pasarse de frenada siempre es una amenaza, y darnos cuenta a posteriori de esa pasada de frenada es también algo de lo que nadie está exento.
En mi opinión, la clave no está en el ‘por qué lo comunicas’ o en ‘por qué lo comunicas de esa forma’… la clave están en el ‘para qué lo comunicas’ y/o ‘para qué lo comunicas de esa forma’… ya que el ‘para qué’ verdadero acaba respondiendo a nuestras verdaderas necesidades e intenciones…
…para qué ‘posas’, para qué compartes, para qué participas en las Redes, para qué comentas tu estado de ánimo, o para qué comunicamos lo que hacemos… hazte estas cuestiones sin ánimo de crítica o juicio, háztelas con apertura y con la simple intención de leer precisamente eso: tus propias necesidades a la hora de comunicar y tus intenciones a la hora de proyectar una cosa u otra. Es interesante.
Todo esto genera una percepción de ti en los demás… y no debemos de olvidar que la percepción alimenta los pensamientos, y los pensamientos alimentan las acciones, y las acciones se revisten de actitudes que son en definitiva las que marcan la diferencia…
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Como en un anuncio de Appel
Las apariencias se han sofisticado. Es así. La movida es que una cosa son las apariencias y otras las realidades. Tu perfil de Instagram puede parecer un anuncio de Appel, y tu vida un catálogo de Ikea, pero si tardas más tiempo en hacerle una foto a tu desayuno que en desayunar… tenemos un problema. Lo mismo que si tardas más tiempo en hacerte una foto con alguien que en mantener una conversación con esa persona, también tenemos otro problema. Una cosa es lo que parece, y otra lo que es. Nada nuevo, ¿verdad?
Es sencillo crearse un personaje, y en ocasiones puede resultar tentador tener un alter ego molón, pero llegar a confundir ‘autenticidad’ con ‘sobreactuarnos en exceso’ siempre es controvertido con uno mismo y con los demás, sobre todo cuando tus realidades no terminan de cuadrar con lo que muestras. Ojo, no subestimes la mirada ajena, que una cosa es cómo quieres ser percibido y otra distinta cómo te perciben finalmente los demás (algo que la mayoría de las veces llegamos a desconocer, nos digan lo que nos digan).
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En resumen: en comunicación, nada es por casualidad (siempre hay un motivo), es imposible no comunicar, tus poses dicen más de ti que tus palabras, y tu forma de ser condiciona tu mensaje…
…y todo esto genera en los demás una percepción sobre ti, percepción que va configurando en definitiva tu propia huella, tu propia marca.. tu ‘marca auténtica’ (nos guste más o nos guste menos).
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Procesos y Aprendizaje
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La vida rara en Instagram
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Imagen de LGX vía Pixabay
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Cada vez estoy más contenta de haber conocido tus artículos, David. Cuantísimas ideas salen de esa publicación.
Me voy a quedar con: ” Primero se mira quién lo dice, y luego, qué dice”.
Me surge una pregunta: ¿Es necesario mentir para hacer una foto bonita? En el mundo de la creatividad está todo permitido, o casi todo, pero ¿dónde acaba la marca personal?.
Fotos bonitas nos podemos hacer casi todos, pero…¿no es eso lo que pide el mercado?
El contenido es el rey, – y no cualquier contenido-, pero el consumidor o cliente es el rey, y ¿qué es lo que pide el consumidor? Sueños, o realidades.
Gracias Pilar… feliz, yo también, de que te resulten interesante los posts.
…preguntas si es necesario mentir para hacer una foto bonita… imagino que no, dependerá del contexto, de la situación… en contextos publicitarios parece ser que todo está muy ‘manipulado’, pero entiendo que en cuestiones donde la confianza es un valor (como en la marca personal), esa estrategia se termina volviendo en contra… seguro…
Yo no creo que el mercado pida solo fotos bonitas… aunque lo parezca, yo creo que pide efectividad en las propuestas… si no, por muy bonita que sea la foto, no creo que cuenten contigo.
También me parece interesante el concepto de “consumidor” vs “cliente”… creo que cuando el consumidor solo consume, sin asumir el coste tolera más frivolidad… pero cuando paga y le cuesta, no pierde de vista el posible retorno de la inversión.
Un abrazo y gracias de nuevo!
d.