#citaciega
“…el hecho de conocerse desde hacía mucho tiempo,
no terminaba de ofrecerle las mejores garantías…”
De La habitación oscura del pensamiento positivo, Fátima M. Roldán.
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Una de las cuestiones que más me atraen del desarrollo de la Marca Personal es su dimensión emocional. Una Marca si es personal, por definición, es emocional. Y esto es algo que se reconoce fácilmente por cualquiera que conozca el tema, esté interesado en el mismo y participe de una dimensión humanista del concepto.
La movida es que observo cierta tendencia a derivar el aspecto emocional de la Marca Personal únicamente a la necesidad de emocionar para que nos recuerden, para demostrar lo auténticos que somos, enseñar nuestro lado más humano y generar cierta influencia. Pero yo creo que si nos quedamos aquí nos estamos perdiendo el 85% de la película (nos volvemos a centrar en el resultado, no en el proceso).
Quizás exagere, pero reconozco cierta obsesión con optimizar esa parte de nuestra inteligencia que nos permite gestionar nuestras emociones para generar las conductas adecuadas hacia los objetivos deseados… ya sea ese objetivo una respuesta adecuada ante una determinada situación, la consecución de una meta o la gestión de nuestra Marca Personal. Da igual, la inteligencia emocional es transversal y omnipresente.
Lo alucinante de esto es que si observamos con perspectiva las competencias emocionales, podemos establecer una perfecta correspondencia entre ellas y lo que pudiera ser un proceso de Personal Branding.
Goleman, Boyatzis y McKee, establecen las cuatro competencias emocionales del liderazgo. Si las correlacionamos con la Marca Personal, entendiendo la misma como una forma de liderazgo personal, el resultado es fantástico, inspirador y nos señala el camino para un proceso de Personal Branding auténtico y emocional.
Se trata, en definitiva, de generar una auténtica y enriquecedora sinergia entre el desarrollo de las competencias emocionales de la persona y su proceso de Marca Personal. La persona crece, y con ella su Marca.
Verás…
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Primero, conciencia de uno mismo
Solo podemos gestionar lo que conocemos, por tanto, si queremos gestionarnos a nosotros mismos, el primer paso es conocernos. A mí me encantan los procesos de autoconocimiento, de hecho, me gano la vida facilitándolos, pero te reconozco una cosa… me cansa mucho que un proceso de autoconocimiento se convierta en una mera contemplación de uno mismo o en un generar una cantidad de información personal que luego no se termina usando, no apoya a la persona y con el tiempo acaba en nada.
Dicho esto, y siguiendo a los autores referenciados, tomar conciencia emocional de uno mismo, reconociendo la manera en la que nuestros sentimientos y emociones impactan en nuestras conductas, en nuestros objetivos, en nuestros modos de actuar… es toma conciencia del ADN que conforma lo que eres y lo que haces. Creo que una de las mayores virtudes que puede tener una persona es la de saber leerse adecuadamente… para luego interpretarse con el mayor de los sentidos.
Esa toma de conciencia nos facilitará una autovaloración adecuada, el primer ingrediente de la autoconfianza, y la primera piedra para generar confianza en los demás.
Esta sería la parte del proceso de Personal Branding en la que visualizamos nuestros valores, motivaciones, limitaciones, creencias, nuestras competencias, y nuestro proyecto (visión, misión y valores).
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Segundo, autogestión
Ahora que nos conocemos podemos gestionarnos. La autogestión nos permite orientar nuestros impulsos y emociones adecuadamente. Para ello, se nos hace necesario ser transparentes a la hora de expresar emociones y sentimientos, aquí no valen autoengaños ni cajas emocionales de doble fondo si quieres que tu autogestión emocional sea efectiva.
La autogestión nos va a permitir adaptarnos a diversos escenarios sin perder nuestra esencia, orientar nuestras conductas hacia nuestros objetivos, canalizar nuestra ambición como un motor que activa nuestras iniciativas y facilita una buena disposición frente a las adversidades (que las habrá, y muchas).
En un proceso de Personal Branding esta competencia, la autogestión, nos permitiría determinar y concretar nuestros objetivos, convertir nuestro proyecto en pasos concretos y tangibles, convertir nuestras conductas en una propuesta de valor (qué haces, qué necesidades satisfaces, cómo lo haces, etc.), e incluso dar una respuesta coherente ante los distintos escenarios en los que nos podemos encontrar.
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Tercero, conciencia de los demás
Si ya te conoces y comienzas el camino de la autogestión (camino sin fin, no te agobies, así que disfruta del paisaje), ahora te queda conocer a los demás para luego poder gestionar las relaciones. Pura lógica.
Para tomar conciencia de los demás no hay mejor estrategia que desarrollar tu empatía, esa que te permite conectar con los demás (ojo, conectar, no dejarse llevar por ellos, ni persuadirlos, ni nada de eso). Se trata de ESCUCHAR, comprender la perspectiva de los otros, facilitándonos el trato con una amplia diversidad de personas.
Todo esto posibilitará organizar nuestras competencias para ponerlas al servicio de los demás… ¿o qué es en definitiva la gestión de la Marca Personal?, generar la mejor relación entre nuestras competencias y las necesidades ajenas, dando servicio.
En un proceso de Personal Branding esta competencia nos facilitará saber quiénes se puede beneficiar de lo que hacemos, como podemos llegar a ellos a través de nuestra Marca, cómo nos vamos a posicionar en la mente de los demás, cómo podemos ofrecer lo que hacemos, qué recursos vamos a necesitar para llegar a ellos y qué descubrimientos podemos hacer en este sentido.
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Cuarto, gestión de las relaciones
Por último, como ya dije, conocer a los demás nos permite gestionar nuestras relaciones efectivamente.
Sobre la base de nuestro conocimiento y autogestión, tal y como lo hemos expuesto anteriormente, nuestra autenticidad aparecerá de manera inconsciente y espontánea. Somos nosotros, somos lo que somos. No hay nada más inspirador que encontrarse con alguien de verdad que genera valor en alguien, en un proyecto, una empresa o donde sea. Brutal.
La influencia en este sentido no será forzada. No se trata de ser perfectos, se trata de ser lo que somos, que en definitiva es lo que termina enganchando al generar consistencia, seguridad y confianza.
Ser lo que somos es una forma de facilitar que los demás pueda percibir nuestra propuesta de valor de manera natural. No vendes, ofreces. Muestras. Eres tú. Generador de valor, consciente de que generar valor es una forma de contribuir al desarrollo de los demás, facilitar la gestión del cambio en multitud de contextos y facilitar la resolución de determinados conflictos técnicos, humanos u organizativos.
En un proceso de Personal Branding esta competencia facilitaría la estrategia de visibilidad, capitalizada por todo lo anterior, nos permitiría elegir los medios más adecuados para darnos a conocer, generar conversaciones cara a cara valiosas, presentarnos de manera efectiva, gestionar el contacto humano directo y el virtual.
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Proceso continuo
Todo este proceso será un proceso continuo. No tiene final. Uno nunca termina de conocerse así mismo, ni de aprender a autogestionarse, ni de conocer a los demás, ni de gestionar las relaciones. De hecho, uno mismo ahora, no es la misma persona que fue hace cinco años ni será la misma persona que será dentro de cinco. Es así.
Estas cuatro competencias emocionales nos facilitan nuestro desarrollo y crecimiento, con conciencia de uno mismo y de los demás. Estas cuatro competencias emocionales, por tanto, nos permiten una adecuada gestión de la huella que vamos dejando, del propósito hacia el que nos dirigimos y de las estrategias más adecuadas para posicionarnos… al mismo tiempo que crecemos personal y profesionalmente.
Sin duda, cultivar la Inteligencia Emocional facilitará y tendrá un impacto directo en la gestión de nuestra Marca Personal.
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Que cuando seamos grandes… celebremos aquello en lo que nos hemos convertido y no lo neguemos…
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Procesos y Aprendizaje
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Las cuatro dimensiones emocionales de la Marca Personal
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Imagen vía Pixabay
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Estupenda reflexión. David, hoy imparto una conferencia en Cordoba intentando emularte, por lo que me llevo tu artículo para comentarlo. Un abrazo
Todo un honor Benito, un abrazo y nos vemos pronto!
David
Nunca me habia sentido tan liberada…es como si todas esas preguntas ocultas pero muy importantes hubieran obtenido por fin respuesta.
Acabo de descubrirte y el primer post que lei fue: se lo que tengo que hacer, ¿ Porque no lo hago?
Y realmente me has dejado alucinando.
Llevo ya meses en este proceso de crecimiento personal infundado por un grupo surcoreano(BTS) y creo que llegar a conocer tu blog fue lo que me faltaba ….. realmente me has ayudado.
para mi que soy mas emocional diria hasta en un 70% …siento que encuentro el equilibrio o al menos el camino a la autogestion de mis emociones. Mil gracias
Gracias por la información David Barreda, es muy valiosa y formativa. Consultaré tu sitio en Facebook.