Procesos y AprendizajeProcesos y AprendizajeProcesos y AprendizajeProcesos y Aprendizaje
  • Qué hago
  • Quién soy
  • Blog
  • El Formador 5.0
  • Descargas
  • Contacto

Sublimación profesional inversa

David Barreda 7 diciembre, 2017

#citaciega

“…así que se pidió un bocadillo de mortadela,

que estaba mucho más delicioso que imaginárselo…”

 Extracto del relato inédito ‘Merienda’, de Fátima M. Roldán

.

El jueves pasado, Pérez Ortega escribía un interesantes post titulado “Independízate de ti”. En dicho artículo, Andrés nos planteaba un dilema al que tarde o temprano muchos de nosotros nos enfrentamos: la necesidad de poseer en nuestra cartera profesional una serie de servicios o productos que funcionen independientemente de nuestra presencia física.

El tema es serio, sobre todo si trabajas como ‘profesional independiente’. Aunque bueno, hoy en día todos somos un poco ‘profesionales independientes’ trabajes bajo la forma jurídica en la que trabajes (por cuenta ajena, autónomo, etc.)…

..piénsalo, vista la dinámica actual del mercado de trabajo, ser un ‘profesional dependiente’ de entidades, organizaciones, empresas… es bastante jodido, y además es una manera de colocar tus huevos en cesta ajena (<-metáfora). Como ya he dicho en alguna ocasión, salvo que vivas en el Matrix de la Función Pública, somos profesionales prescindibles y probablemente no nos jubilaremos trabajando para la empresa, los clientes o los proyectos en los que actualmente trabajamos.

…pero no caigamos en quejas ni victimismos…

.

Venga, dale…

Lejos de ver esto desde una dimensión pesimista o negativa, que poco nos sumará, lo mejor que podemos hacer es activarnos en el sentido de tener claro cuál es la propuesta de valor profesional que presenta cada uno de nosotros en el mercado de trabajo para convertirnos en la opción preferente de quienes quieran contar con nuestros servicios.

No es fácil, no es imposible, y requiere de estrategia, foco, trabajo y persistencia… y por supuesto, esto estará al alcance de cualquiera que se lo proponga y tenga un proyecto profesional por el que quiera apostar.

Estoy seguro de que si activas tu proceso profesional en este sentido, empezarán a pasar cosas. Siempre pasa algo. Generarás algunas oportunidades, en el camino descubrirás qué cosas no funcionan y cuáles sí, tendrás que hacer continuas rectificaciones de rumbo, también irás descubriendo cuál es tu dirección, para qué cosas te llaman, con qué te asocian profesionalmente, que cosas harás tú solo y para qué cosas necesitarás de colaboradores, en fin, una movida…

…una movida muy bonita, pero una movida sin tregua que normalmente requerirá de nuestra presencia física… y esto, si no se gestiona bien nos termina agotando… corremos el peligro de convertirnos de nuevo en ‘profesionales dependientes’, pero esta vez ‘dependientes de nosotros mismos’. Situación ésta que sostenida en el tiempo y en un contexto donde el límite de producción lo pone uno mismo (y en el que llenarás tu nevera y pagarás tu casa con lo que seas capaz de facturar), puede llegar a ser insostenible… y no solo porque deje de apetecernos, también, como decía Andrés, porque nuestra salud o algún asunto sobrevenido no nos permita en algunos casos estar en el sitio…

…la desprotección social del Knowmad, en este sentido, es acojonante.

.

Nos evaporamos

En este paso de “carreras profesionales sólidas y estables” a “carreras profesionales líquidas”, corremos un serio peligro de encontrarnos con una legión de “profesionales evaporados”.

Activamos tanto nuestra dinámica líquida, alcanzamos tanta flexibilidad, nos proyectamos tanto (en esferas virtuales y no virtuales) que, si nos descuidamos nos evaporamos. La necesidad de adaptación continua a un medio sin forma determinada requiere cada vez más de nosotros… es como si se nos demandara una ubicuidad profesional que es imposible.

En esta vorágine, a poco que perdamos el foco nuestras energías y fuerzas se dispersan… en todas direcciones… pasamos de lo líquido a lo gaseoso… notamos como nos cansamos, perdemos intensidad, creatividad… nos vamos resintiendo mental, físicamente y en consecuencia… profesionalmente…

…es lo que nos suele pasar a los humanos (que es a quienes va dirigido este post).

.

Sublimación profesional inversa

En este punto, necesitamos de un proceso de “sublimación profesional inversa” que no es nada sencillo. La ‘sublimación inversa’ es el proceso por el que un elemento pasa directamente del estado gaseoso al estado sólido.

Posiblemente sea el gran reto de muchos profesionales: dejar de trabajar para tu Marca Personal, para que sea tu Marca Personal la que trabaje para ti. O, dicho de otra forma, sacar más rendimiento a nuestros esfuerzos y nuestras inversiones.

La putada es que esto es complejo. Imagínate, te llaman para prestar tus servicios profesionales, y te llaman cada día más. Tu propuesta de valor es un éxito, pero eres inteligente y notas como empiezas a morir de éxito (atender a las demandas requiere un coste personal cada vez más alto, el trabajo te devora). Decides delegar. Creas un sistema, un método. Cuando lo tienes, a la siguiente llamada ya no vas tú, mandas a otra persona que actuará bajo tu Marca y procedimientos. El servicio ya no tiene la misma aceptación. Te das cuenta que la gente te quiere a ti trabajando… y no a otra persona… te has convertido en un rehén de tu Marca Personal. Maldita cagada.

¿De qué forma nos podemos hacer presentes sin estar? ¿De qué manera podemos optimizar nuestras competencias para que nos permita rentabilizar nuestras inversiones de vida y trabajo?

Entre las posibles estrategias para dar respuesta a esta situación, está, como decía Andrés, la posibilidad de generar una serie de productos que no requieran de nuestra obligada presencia física… ¿Cómo?

.

Ideas

Como Andrés, yo no tengo las respuestas, aunque cada día pienso más en ello.  La verdad, no me apetece convertirme en un esclavo de mi trabajo por mucho que el mercado profesional nos esté invitando a eso… e incluso nos emborrache activando nuestra pasión y otorgándonos algún logro que otro.

Para un trabajador del conocimiento este proceso de solidificar sus servicios sin caer en algo parecido a un “vende humos de teletienda” no es fácil. Normalmente trabajamos prestando servicios y nuestra materia prima son intangibles. No obstante, lo dicho, tendremos que hacer un esfuerzo por meternos en el laboratorio de I+D para ver cómo puñetas hacemos sólido todo esto que ofrecemos sin alterar nuestra propuesta de valor.

En este sentido, comparto algunas ideas en las que pienso cuando imagino de qué forma podría generar algún servicio que pudiera ofrecer en forma de producto…

  • Sea lo que sea que ofrezcamos, debe mantener la misma seguridad y certeza para quien lo consuma que ofrecemos cuando nosotros estamos presentes. El consumidor debe percibir esto con toda garantía. Además, en un mundo cargado de incertidumbres, la seguridad es un valor y el capital de nuestra Marca Personal.
  • Por otro lado, creo que lo que ofrezcamos difícilmente triunfará si se puede conseguir lo mismo de forma gratuita. La mentalidad de “conseguir las cosas gratis” está tan arraigada en nuestra sociedad que muchas veces se prefiere ‘lo gratis’ aunque esté uno, dos, tres o cinco puntos por debajo de lo que cuesta lo mismo, pero ‘de pago’. Además, tenemos el hándicap de que hoy es un valor que lo compartas todo y que el conocimiento fluya a coste cero para, paradójicamente, generar riqueza (porque no me digas que no suena un tanto paradójico…).
  • Igualmente, nuestro servicio o producto ‘solidificado’ debe ser asequible para el consumidor. Esto es, la gente debe poder pagarlo y utilizarlo sin mucha complejidad.
  • Pero claro, además de asequible para el consumidor, debe ser asumible para quien lo elabora, si no, estamos en la misma (salvo que tengas el colchón económico suficiente como para retirarte un par de años a hacer ‘probaturas’).
  • Que lo que ofrezcamos sea útil. Pero no útil en plan “ir a museos es útil” o “leer es útil”, hablo de una utilidad en el sentido más pragmático que puedas imaginar y que tus servicios te permitan.
  • Creo que también es importante que el resultado del producto o servicio que se ofrezca, además de tener muy bien definido el problema que resuelve o el beneficio que genera, se pueda hacer tangible de alguna manera sin que el usuario tenga que hacer nada más que consumirlo. Si no, corremos el peligro de ‘vender humo’.
  • En relación con lo anterior, y más allá de la calidad del resultado que cada consumidor pueda obtener con nuestro servicio… un punto de apoyo es la capacidad de verificación de nuestro usuario. Esto es, que en cualquier momento la persona que consuma tu servicio pueda comprobar la certeza de su utilidad y propósito.
  • Igualmente, creo que es conveniente, sobre todo si trabajamos con intangibles, que la persona que consuma nuestro servicio pueda interactuar de alguna manera, esto es, que no sea un mejor consumidor pasivo, algo que además de ponerlo en valor, posiblemente pueda contribuir a generar una mayor conexión con nuestro servicio.
  • …¿se te ocurre a ti alguna idea más?

…sé que no estoy descubriendo nada nuevo, tampoco es mi propósito, son solo ideas, ya te dije que no tenía las respuestas, pero creo que no está mal sumar en este sentido y que nos pongamos a pensar entre todos en esto.

Algo hay que hacer, porque nos seguiremos valiendo de nuestra presencia física y seguiremos disfrutando yendo a los sitios a currar, pero no está demás convertir parte de lo que hacemos en algo que nos permita cubrirnos la retaguardia cuando necesitamos respirar, descansar, pensar e incluso seguir creando.

.

1

David Barreda

Más posts de David Barreda

16 comentarios

  • José Miguel Bolívar Responder 7 diciembre, 2017 at 10:21 am

    Me parece imprescindible la reflexión que compartes, David.
    Por ahí andaba yo dándole al coco a principios de 2013, preocupado porque mi principal cuello de botella era yo mismo, y es de ahí de donde surge «the LAB», un embrión fallido de lo que luego sería la red OPTIMA LAB.
    No voy a enrollarme por aquí, pero creo que lo que mi buen amigo Andrés y tú planteáis tiene difícil solución (que no imposible, ¡ojo!). Y te lo digo después de cinco años transitando con mucho esfuerzo por el arduo camino de dejar de ser el principal cuello de botella de mí mismo.
    Seguro que tenemos oportunidad de hablarlo cuando nos veamos.
    Un abrazo fuerte!

    • David Barreda Responder 7 diciembre, 2017 at 9:56 pm

      Hola José Miguel!
      Me identifico con esa sensación de cuello de botella, y sí, entiendo que no es sencillo encontrar una vía de solución en esta cuestión. Sobre todo si queremos mantener, como dice Amalio, la frescura, la flexibilidad, la personalización y los estándares de calidad que otorga una consultoría artesana auténtica y sólida…
      …es un reto, y creo que es interesante indigar en ello, unos más directamente, otros aportando y sumando ideas.
      No es fácil… y joder, espero que no sea imposible,
      Un abrazo y seguimos!
      d.

  • Amalio Rey Responder 7 diciembre, 2017 at 10:58 am

    Soy muy prudente con el concepto de “marca personal”. Creo que aparte de este dilema que comentas acertadamente aquí, la “marca personal” puede encerrarte en otras trampas aún más delicadas, que sería algo muy largo de contar aquí. En todo caso, llevado el asunto a mi lenguaje y siendo constructivo, puedo entender perfectamente lo que quieres decir con esto, que me parece un problemón: “dejar de trabajar para tu Marca Personal, para que sea tu Marca Personal la que trabaje para ti”. Sip, efectivamente, es uno de los grandes desafíos de los profesionales independientes. Yo soy un “consultor artesano”, y por definición, me cuesta verme “productizando”. No hay forma humana de “productizar”, sin enlatar. No hay forma de conseguir que “un producto trabaje por ti” sin hacer algún enlatado. Pero entre la lata, bien hecha, y el humo, hay mucho espacio para aportar valor. Creo que hay margen para hacer cosas chulas. Sin embargo, hay que ser honestos, y reconocer que cuando hacemos eso, no estamos siendo “artesanos”, o sea, no estamos personalizando, ni siendo flexibles, ni estamos impregnando de nuestra identidad más genuina lo que ofrecemos. Esa interacción personal, tan humana y tan nuestra, se difumina a través de un interfaz que siempre será más estático, menos interactivo, y menos flexible. Pero aceptando esa pérdida de vitalidad de lo que entregamos, que hay que reconocerla como tal, todavía hay mucho que hacer para concebir “productos vivos”. Por terminar, creo que Franck Scipion (@ingresos2) es la persona que yo conozco que más, y mejor, ha trabajado ese reto que comentas de que la “marca trabaje para tí”. Para los que busquen eso, que me parece muy legítimo, vale mucho la pena leerlo: https://www.lifestylealcuadrado.com/

    • David Barreda Responder 7 diciembre, 2017 at 9:49 pm

      Hola Amalio, qué guay que te pases por aquí y dejes tu comentario. Encantado y honrado con tu visita, la verdad.
      Sé de tu prudencia con respecto a este tema, recuerdo tu post en el que hablabas de la paradoja de la Marca Personal (interesados -> https://goo.gl/LC9ZeD ) que me encantó y me pareció muy inspirador, y sí, también creo que esta disciplina entraña más trampas de las aparentes (y creo que es fascinante indagar en ellas, aunque efectivamente, el lugar no es este comentario, más pistas -> https://goo.gl/GTvLqz ).
      Centrándonos en el tema. Créeme que conecto con lo que dices, de verdad. Ahora, olvida el contexto de la Marca Personal… olvida ese enfoque. Venga, vamos a verlo desde el enfoque de la Consultoría Artesana… según lo que comentas, por definición, no podemos “productivizar”… mmm… vale, venga, supongamos que sea así (aunque me surgen ciertas dudas en este sentido)… nos encontramos entonces con un tipo de consultor dependiente, ya no solo de su conocimiento, si no también “de sus manos” (presencia física)… ¿no corre el peligro de convertirse en un rehén de su método? ¿Qué recorrido le queda a este profesional a largo plazo? ¿Le resulta imposible poner en valor su conocimiento de otras formas y maneras?
      ¿”enlatar” implica en todos los casos una pérdida de frescura y personalización?
      …oye, y ¿no estamos enlatando ya muchas de nuestras metodologías y propuestas?… solo que somos nosotros los que vamos con nuestra “lata” y la abrimos “personalmente” replicando estrategias de una forma u otra…. algo que no tiene por qué ser necesariamente malo (aunque el comentario pueda escocer según desde dónde se interprete) …
      …no sé, Amalio, son simplemente dudas que comparto, que me planteo y que entiendo que estimulan la reflexión en este sentido… como decía en el post, no tengo las respuestas, pero seguiré haciéndome preguntas… a ver si así doy con algo 😉
      De una forma u otra, creo que los que nos ganamos la vida con lo que nuestras “manitas” son capaces de hacer con lo que dice nuestra “cabecita” tenemos un gran reto en este sentido.
      …seguimos pensando, y gracias por dejarnos la referencia de Franck Scipion .

      d.

  • Amalio Rey Responder 8 diciembre, 2017 at 11:54 am

    David, échale un vistazo a esta declaración que explica lo que es la “consultoría artesana” (http://consultoriaartesana.net/). No es ninguna religión, así que uno puede saltarse cosas si quiere, pero es que en realidad sigo estando de acuerdo, y practicando de buena gana, todo lo que dice ahí. Si te fijas en las “prácticas” (la segunda parte), el primer punto habla de “imprimir carácter y sentido personal a lo que hacemos, de manera que cada caso es un proyecto nuevo”. Después escribí este post que desarrolla mejor ese concepto: “La personalización como un valor y una actitud” (http://www.amaliorey.com/2016/05/15/la-personalizacion-como-un-valor-y-una-actitud-post-499/). Como ves, hablamos de “proyectos”, y no de “productos”. La pregunta sería: ¿podemos “imprimir sentido personal” a los productos? Bueno, claro que podemos hacer productos singulares, que proyecten nuestra identidad, pero por definición, no van a ser “personalizados”, porque entonces serían “proyectos”.
    Respecto de la tesis de que eso nos vuelve unos “consultores dependientes”, yo te diría que en parte sí, pero también me pregunto: ¿quién en este mundo es totalmente independiente? No existe la independencia absoluta. Eso es un cuento. El reto está en saber elegir entre grados de (in)dependencia, o siendo más preciso: entre qué tipos de cosas prefieres depender. Todos somos en parte “rehenes de nuestro método”, y ese es precisamente (ya que hablamos) un rasgo del profesional que deja huella, que imprime sentido personal a lo que hace. Y menos mal que tenemos “un método” que nos distingue, porque hay mucha gente que no tiene ni siquiera eso. Y ya sabemos las consecuencias de ser un commodity.
    ¿“enlatar” implica en todos los casos una pérdida de frescura y personalización? Rotundamente sí. No hay atajos, ni trampas, ni cartón. Por definición, “enlatar” es industrializar, estandarizar, lo contrario de lo artesano. Si quieres que no dependan de ti, tienes que diseñar una metodología replicable, repetible, multiplicable, y eso implica estandarizar, o sea, perder personalización.
    Claro que no tiene nada de malo repetir metodologías, ¿quién lo ha dicho? Pero la alternativa que propones es que la metodología haga el trabajo por si sola, sin nuestra capa de personalización, y es ahí donde no lo veo en los términos favorables que te estas planteando. Si esa metodología “enlatada” es suficiente para el usuario/cliente hasta el punto de que le permite “liberarse” de ti, pasas a un estadio distinto de forma de interactuar que nada tiene que ver con eso que llamáis vosotros/as la “marca personal”. Digamos que la cosa se convierte en “marca empresarial”, donde lo personal se diluye.
    Vender productos es perfecto. Yo digo mejor “infoproductos”, porque insisto que es la única opción que nos queda. Ya he dicho yo mismo que me encantaría, para poder tirarme a la bartola, que es lo que quiero. Pero esa es otra liga. No me veo haciendo eso, probablemente porque no soy capaz de conciliar ambas identidades. Igual la alternativa es colaborar con otros en el desarrollo de esos infoproductos, para que sean ellos los que los “industrialicen” (cobrando yo unos derechos por eso), mientras sigo en mi mundo artesano.
    Dicho esto, sigo abierto a seguir explorando enfoques alternativos, o mixtos, que es por donde probablemente vaya la solución…

    • David Barreda Responder 9 diciembre, 2017 at 6:42 pm

      Hola Amalio,

      …ya conocía el sitio de “consultoría artesana”, casi puedo recordar la primera vez que lo leí porque para mí fue un ‘encontrar las palabras que necesitaba para describir lo que hago’… fue un alivio y una inspiración…

      …no obstante, sigo el enlace que me dejas y vuelvo a conectar con lo que allí hay escrito y mi conflicto, Amalio, sigue presente, porque sin querer salirme del modo de hacer ‘artesano’ creo que es un reto conciliar ‘lo que hacemos’ con ‘nuestra vida’ al mismo tiempo que ‘optimizamos’ nuestros esfuerzos… e incluso protegemos nuestra salud e integridad…

      …sé que este conflicto no es un problema con una solución aplicable y definitiva. Es un dilema, y que en el mejor de los casos daremos con algunas claves que nos permitirán gestionar de la mejor manera posible esta tensión entre “el peligro de la despersonalización de nuestros servicios” vs “la neurosis de la personalización total”…

      …en cuanto a tu artículo… igual. También me sonaba, de hecho, hay algo que me conecta mucho, y es la idea de “personalizar” como una forma de “respeto” a quienes te están contratando, escuchando o dedicando su tiempo y energía para atender a tus sugerencias… en este sentido, soy muy pudoroso, y siempre me ha dado mucha paz saber responder a la gente que se me pone delante. No puedo ir a un sitio sin haber estudiado antes, adaptado los contenidos, las actividades o lo que sea… me moriría de vergüenza profesional.

      En este punto, y tras leerte, prefiero quedarme con las siguientes ideas, algunas que expones y otras que me surgen de tu lectura, y que a mí me sirven para definir las condiciones de contorno en las que tendría que moverme para darle respuesta a este dilema…

      > Idea Clave: hablamos de proyectos y no de productos

      > Que lo que hagamos, transmita nuestra identidad

      > Que lo que transmita nuestra identidad, esté alineado con la necesidad del cliente

      > Que la necesidad del cliente sea tratada como única, aún beneficiándose de experiencias anteriores similares

      > Diferenciar entre “ser rehén de tu método” (cuando estás atrapado en tu propia ‘lata’) de “poner en valor tu método” (cuando tu manera de hacer las cosas te identifica)

      > Identificar las variables que contribuyen a mantener fresca, vigente y personalizada nuestra propuesta profesional. Quizás, en ámbitos de intervención artesana en organizaciones, joder… quizás tengamos (tenga) que dejar de hablar de ‘generar productos’ para hablar de ‘generar eficiencia consultora’

      > Diferenciar lo de “que mi Marca Personal trabaje para mí” de “que mi metodología trabaje para mí”… creo que son dos cosas distintas… lo segundo es ‘clave artesana’, lo primero.. lo primero pensaba yo que lo tenía más claro y ahora no tanto…

      ….mmm, bueno, de momento, me quedo con todo esto de nuestra conversación…

      …no sé, Amalio, en esta conversación se me han removido algunas cosillas, y me he cagado en la leche un par de veces… pero está bien, está genial… y creo que la línea que marcas es referencia necesaria para abordar todo esto… en lo que, caigo en la cuenta, que se mezclan muchas más cosas de las aparentes y que no es el contexto para hablaras (creencias, modelo de negocio que cada uno ejerce, tiempo que dedica, pasta que cobra, clientes que tiene, equilibrio en su vida, etc.)

      …te sigo, y sigo.

  • Amalio Rey Responder 9 diciembre, 2017 at 9:38 pm

    Bueno, David, el conocimiento se va construyendo colectivamente, como resultado de diálogos como estos. Ya te dije que tengo más dudas que certezas en relación al modo de salir del atolladero que tú tan bien explicas. Pero fíjate, me parece que quizás estas exagerando un poco las consecuencias de trabajar con “las manitas” y de la necesidad de presencia. Me explico. Dices que eso puede generar tal dependencia que puede afectar nuestra salud e integridad. En mi opinión, eso no tiene por qué ser así. Todo depende de cuánto de ambiciosos seamos. A ver, lo que no se puede pretender es “escalar” (como si se fuera una empresa, con empleados) desde proyectos personales, y ese es un error que a menudo se comete. La clave está en entender que el enfoque artesano debería renunciar a escalar, porque tiene una dimensión más humana. Esto incluye una adecuada conciliación, un sano equilibrio. A mí no se me ocurre, ni loco, querer llegar a todos los sitios desde donde me piden cosas, o facturar a un nivel que lo haría una empresa con muchos empleados. Sin embargo, es un fallo que cometen muchos profesionales independientes cuando tienen éxito. El camino es otro: lo artesano, bien hecho, tiene un precio. Tiene que ser más caro que el enlatado. Así que si uno es consecuente, y no se anda con incoherencias (algo que la “marca personal” cuida mucho), puede llegar a cobrar bien por prestar un servicio artesano, personalizado, en los que cada cliente es un proyecto. Si eso es así, puedes dosificar la cantidad de trabajo que haces/aceptas, y así cuidar tu salud e integridad. Lo que no puedes hacer, y esto lo aprendí hace mucho tiempo, es ofrecer servicios “de boutique” a precio de “supermercado”, porque eso no hay quien lo aguante 🙁

    • David Barreda Responder 9 diciembre, 2017 at 10:30 pm

      …a ver, estoy de acuerdo contigo, dependerá de nuestro concepto de ‘ambición’ y de cómo lo articulemos lo que nos puede convertir en un ‘animal laboral’ o no…
      …pero es que no nos han enseñado a gestionar proyectos personales de una forma ecológica (en todos los sentidos), en conexión con el entorno y otros profesionales, y con un grado de efectividad y calidad razonables… y mientras vamos aprendiendo, alguna leche que otra nos pegamos, y también hacemos algún kilómetro de más…
      …pero sobre todo, hay un punto en el que ni estás consolidado (ni sabes si lo vas a estar)… pero al mismo tiempo empiezas a tener un movimiento que hace que tu cometa empiece a coger viento y elevarse… haces la apuesta, y vas a por ello… esa fase es dura… llena de descubrimientos… de ajustes de precio, de echar muchas horas, de recalibrar el proyecto e ir rectificando el rumbo (lo normal, cuando se navega)…
      …dices que hace tiempo aprendiste que no se puede ofrecer servicios “de boutique” a precio de “supermercado”… otros lo vamos aprendiendo ahora….
      …de ahí, también el dilema, que gracias al artículo de Andrés ahora debatimos… un debate necesario… a pesar de que no creo que tenga una resolución definitiva.

  • Alicia Pomares Responder 10 diciembre, 2017 at 12:05 pm

    Hola chicos!!! David, Amalio, José Miguel
    Creo que somo muchos los que estamos ahí, dándole vueltas a qué hacer con nuestro futuro y nuestro presente para no caer en esa sobrecarga de trabajo que te impide pensar e innovar en qué hacer para no caer en esa sobrecarga ….
    Somos cuello de botella y hemos leído mucho (algunos hasta han escrito libros 😉 sobre GTD, que la verdad ayuda , pero seguimos sin tener las soluciones mágicas. A mi tampoco se me ocurren, llevo mucho tiempo dándole vueltas, como vosotros, pensando en crear productos – con lazo incluido – para ayudar a amortizar ese conocimiento y experiencia, pero sobre todo para gestionar la energía que tenemos. He probado con la creación de MOOC’s , formación en comunidades de aprendizaje, pensando en alguna APP, etc en fín, nada nuevo, pero tenemos que seguir dándole vueltas.
    Podríamos crear un Think Tank para generar ideas entre todos. Seguro que se nos ocurre algo interesante!!!!
    Abrazos

    • David Barreda Responder 10 diciembre, 2017 at 12:41 pm

      Hola Alicia, y bienvenida a casa y a esta conversación…

      …a mí ya me parece significativo que esta cuestión nos preocupe o nos inquiete a tantos profesionlaes… y me vuelvo a identificar con las frases: “no caer en esa sobrecarga de trabajo que te impide… (tantas cosas)” x “somos cuello de botella”

      …la verdad es que tras esta conversación tengo serias dudas de que la vía más adecuada sea la de crear nuevos productos… de hecho, no creo que para esto haya “una solución”, (al menos a día de hoy), en el mejor de los casos, y como ya dije antes, creo que podríamos dar con unas líneas de gestión que nos permitieran ser más eficientes sin perder el valor de lo que hacemos, que radica fundamentalmente en ‘el enfoque, la calidad y la calidez de lo artesano’…

      …sea lo que sea, es necesario dar con claves que nos permitan conservar, potenciar y gestionar esa energía de la que hablas, y que es el alma de lo que hacemos.

      Comparto también contigo, como referenciaba Amalio anteriormente, que el conocimiento se construye colectivamente y que conversaciones como esta o cualquier iniciativa que facilite la agregación de inquietudes, ideas y propuestas de solución siempre nos dará mejores resultados.

      Abrazo!!
      (…y feliz de verte por aquí)
      d.

  • Raúl Hernández González Responder 11 diciembre, 2017 at 2:18 pm

    Os leo con interés.

    Entiendo la inquietud que planteaban Andrés y David, como entiendo muy bien la disyuntiva entre artesanía y “enlatado” que plantea Amalio.

    Creo que siempre va a haber una cierta dependencia del “autor” en todo lo que hagamos. Por cierto, no estoy muy de acuerdo en que el knowmad sea especialmente perjudicado en este sentido… el señor que está en la fábrica si deja de ir deja de cobrar, el taxista si no hace carreras no cobra, etc. “No, pero tienen paro”… bueno, sí, durante un tiempo limitado, y en buena medida porque lo financian (igual que podemos hacer nosotros, bien a través de la SS, bien generándonos un colchón privado…).

    Volviendo al tema: el hecho de que siempre vaya a haber una dependencia no implica que no podamos “optimizar” el rendimiento de nuestra presencia. Y me explico: incluso en la visión del artesano más “purista” hay una labor de optimización. Tenemos nuestra “propuesta-tipo” que adaptamos según la ocasión, tiramos de la metodología que ya tenemos testada, reutilizamos slides para las charlas… en definitiva, no “reinventamos la rueda” cada vez.

    Pensad en un cocinero… tiene un ejército de pinches que le hacen la tarea sucia (cortar la cebolla, etc.), incluso un ejército de colaboradores que hacen preparaciones… sí, él está, pero multiplica el impacto de su presencia “subcontratando” tareas. Como hacían los antiguos pintores en sus estudios, con montones de aprendices que les iban haciendo las cosas básicas antes de dar “el toque maestro”.

    Del mismo modo, creamos contenido (blog, libros, etc…) para que “nos hagan el trabajo” de generar visibilidad, lanzar argumentos… ¿Eso nos hace menos “artesanos”? En realidad no, simplemente nos ahorra el trabajo de repetir la misma idea persona por persona.

    Podemos llevar eso a otro nivel… si creamos un curso online, con una serie de videos pregrabados… ¿estamos diluyendo nuestra personalidad? Hombre, si lo dejamos ahí sí, pero si luego estamos atendiendo dudas y consultas… lo que estamos haciendo es apalancar nuestra presencia, dando “el toque” en el momento justo, y dejando que un archivo de vídeo se encargue de la parte más repetitiva.

    Vi el documental de Tony Robbins y cómo gestiona sus eventos… él está allí, sí. Y se sube al escenario. Pero no hace un coaching one-on-one, si no que tiene impacto en miles de personas a la vez. Sí, con un puñado de personas tiene una charla individual, pero con la mayoría es una combinación de “aquí estoy yo en el escenario” + “ahora hacéis trabajo individual guiado por mis colaboradores” + “ahora volvéis para que os siga predicando”. ¿Se requiere su presencia? Sí ¿Apalanca el impacto de su presencia? También.

    Y todo esto si pensamos en generarnos ingresos “que tengan que ver con nuestra actividad”. Pero tampoco hay que volverse locos con eso. El concepto de la “independencia financiera” que vendía Kiyosaki se puede practicar sin estar vinculado directamente a nuestra actividad, y eso abre muchas vías de acción.

    • David Barreda Responder 12 diciembre, 2017 at 8:25 am

      Hola Raúl, gracias por venir y aportar,

      No creo que el Knowmad se vea perjudicado por la dependencia de la que hablas, que como muy bien dices es inevitable. Ahora, quítale knowmad y llámalo ‘autónomo’, admitamos que el Régimen de Autónomos no es el que tiene las mejores garantías sociales. Me refería a eso, con el agravante del que el trabajador del conocimiento aún tiene los contornos menos definidos.

      Me parece interesante eso que dices de “incluso en la visión del artesano más “purista” hay una labor de optimización”, siendo nuestro trabajo aquí el de mantener la vigencia y la frescura de los contenidos… aquí, hay un gran peligro, y es el de quedarse atrapado en tu propia presentación.

      En cuanto a lo que comentas de los cursos, según Amalio eso sería ‘productivizar’ aunque estés detrás consultando dudas… no resolviéndose así el dilema (que bueno, tampoco tiene solución, la verdad).
      …de Tim Robbins me abstengo de comentar porque después de ver el documental terminé de decepcionarme definitivamente… además de un “show emocional” me pareció súper artificial y preparado…
      Y por último me quedo con eso de “El concepto de la “independencia financiera se puede practicar sin estar vinculado directamente a nuestra actividad” … aunque entonces, ¿no estaríamos perdiendo el foco?

      Un abrazo amigo!

      d

  • Julen Responder 22 diciembre, 2017 at 6:56 am

    Tenía marcado este post para comentar. Muy interesante el artículo y la conversación. Yo soy del ala radical: prefiero que me vean por quien soy y no le veo sentido a que mi marca o lo que sea traiga negocio sin que yo haga nada. Quizá lo más parecido que se me pudiera ocurrir es publicar un libro y esperar a que la gente la compre. Una retribución en diferido, que diría Cospedal 😛

    El otro día, al hilo de todo esto, recuperé algunas cosas de Todo por la pasta, un taller de Consultoría Artesana que hicimos en 2011 aquí en sur de Islandia. La preocupación por facturar está ahí, pero creo que existen otras alternativas. Llevo tres años más o menos fuera del mercado a cuenta de mi tesis doctoral y ahora que enseguida vuelvo prometo retomar cosas de las que se han escrito aquí para proponer algo en línea.

    Seguro que todo esto tiene que ver echarle imaginación. Y me queda muy claro que, además, las opciones personales son muy respetables en este asunto de cómo concretar la consultoría artesana. En fin, no digo mucho. Pero al menos agradeceros que abráis estas latas. Que os venga bonito el nuevo año 🙂

    • David Barreda Responder 26 diciembre, 2017 at 10:06 am

      Muchas gracias Julen, por comentar y aportar…

      …bueno, comentarte que yo también prefiero que me vean por quién soy, y precisamente el fondo del debate es ese… como mantener lo que somos de manera sostenible.

      Como dices, es cuestión de imaginación, de creatividad y de afrontar el dilema que abrimos con este debate. Creo que ninguno tenemos la solución en este sentido.

      Un abrazo!

      David

  • David Sánchez Responder 28 diciembre, 2017 at 6:40 pm

    Hola a tod@s,

    ¿se puede? 😉

    Me ha gustado mucho la reflexión, David. De calado y dispuesta a remover pensamientos y emociones.

    Puedo entender la preocupación, y el problema, de que uno mismo se convierta en cuello de botella. En mi caso, también ha sido así pero por otras circunstancias.

    Yo, al contrario que Julen en este caso, soy menos del ala radical. Tiendo más a la búsqueda de espacios donde se solapen intereses y oportunidades. Pienso que puede existir un espacio donde lo artesano y lo optimizado se encuentren, y donde se consiga un equilibrio que mantenga la esencia.

    Tampoco termino de ver la diferencia entre un producto y un proyecto, porque al final ni el producto ni el proyecto importan en sí mismos, sino la experiencia del usuario/cliente. Supongo que mi reciente, e inexperto, inicio por camino por la Consultoría Artesana juega en mi contra en esto. No obstante, más allá de los propios términos veo posibilidad de productos y proyectos con espíritu artesano, de la misma forma que existen productos y servicios industrializados.

    Al final, depender de uno mismo físicamente para aportar valor y ser útil, además de poco escalable (aunque sea en términos de dimensión humana) puede ser una estratégia de riesgo.

    No sé si lo artesano puede ser incompatible con lo optimizado. Espero que no y, en cualquier caso, por ahora no tengo las respuestas pero sé que están ahí. Las iremos descubriendo por el camino.

    Deseando vernos pronto 😉

    Un abrazo
    @dasanru

  • Josué Responder 29 diciembre, 2017 at 4:26 am

    Interesante post y debates, yo estoy estudiando algo relacionado sobre el tema, y me intriga que dicha solución si exista, pero que llevará un real compromiso descubrirla, dar con el clavo para el profesionalismo artesano. Saludos cordiales. 🙂

Deja un comentario

Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a mi Newsletter

ENVIAR
condiciones de uso

Thank you!

We will contact you soon.

Categorías

  • Aprendizaje
  • Charlas
  • Coaching
  • Desarrollo Personal
  • Desarrollo Profesional
  • Docencia y Didáctica
  • Empleo y Emprendimiento
  • Equipos e Inteligencia Colectiva
  • Formación
  • Inteligencia Emocional
  • Marca Personal
  • Miscelánea
  • Procesos
  • Procesos y Aprendizaje

Post más populares

¿Por qué coño no consigo trabajo de lo mío?

Posted on 17 octubre, 2014
01
david barreda orientación profesional marca personal branding equipos

¿Qué momento marcó tu vida profesional?

Posted on 13 noviembre, 2017
02

Buscar trabajo no es buscar ofertas

Posted on 29 enero, 2015
03
grupo de corredores

Cosas que he aprendido con gente que busca trabajo

Posted on 26 febrero, 2015
04

B.Y.N.M.W.T.S.

Posted on 30 septiembre, 2019
05

Etiquetas

andrés pérez ortega aprendizaje asertividad blog procesos y aprendizaje buscando inspiración coaching competencias comunicación creatividad david barreda desarrollo personal desarrollo profesional efectividad emociones empatía empleo emprendimiento Espacio Knowmads eva collado formación gestión emocional habilidades sociales inteligencia colectiva inteligencia emocional Knowmads liderazgo Marca marca personal metas y objetivos Networking orientación profesional personal branding proactividad procesos procesos y aprendizaje productividad propuesta de valor propósitos proyectos redes sociales toma decisiones toma de conciencia trabajo trabajo en equipo videos

Sígueme en mis redes

Facebook

Youtube

Twitter

Linkedin

Instagram

David Barreda contacto
Aviso legal · Cookies
  • Qué hago
  • Quién soy
  • Blog
  • El Formador 5.0
  • Descargas
  • Contacto
Procesos y Aprendizaje